Timbre inteligente casero con WiFi, detección segura y avisos al móvil

  • Detección segura de 230 V con optoacoplador y separación entre potencia y lógica.
  • ESP‑01, alimentación a 3,3 V (LM317T) y montaje en caja 3D para un proyecto limpio.
  • Interrupciones, MQTT y OpenHAB para avisos fiables en móvil y opción de SMS.

timbre inteligente casero

¡Ding‑dong! Seguro que en tu casa también hay un timbre clásico que cumple su función, pero no siempre nos enteramos de que alguien llama: puede pillarnos en un rincón perdido, con la aspiradora a tope, con los cascos puestos o simplemente con tanto ruido alrededor que se nos pasa el aviso del repartidor. La idea de convertir ese timbre en un timbre inteligente casero que te notifique en el móvil (y en el reloj, si lo llevas) es un planazo para no volver a perder entregas ni visitas.

Además, hay quien quiere ir un poco más allá y pide que el timbre haga su sonido de toda la vida, encienda un LED indicador y, si puede ser, mande un SMS cuando alguien pulse el botón. Esto plantea dudas razonables: ¿usar dos microcontroladores conectados por WiFi (por ejemplo, dos ESP32) o apostar por algo más sencillo como un enlace por radiofrecuencia? ¿Aprovechar el timbre existente con sus 230 V o montar uno totalmente nuevo? En las próximas líneas te cuento enfoques, componentes, montaje seguro y una propuesta de software con MQTT, OpenHAB y Pushbullet, para que el proyecto quede fino, bonito y funcional sin liarte la vida.

Arquitectura: de dos MCUs a RF, pasando por WiFi

Cuando uno se plantea el diseño, lo primero que surge es usar dos MCUs en la misma red de casa: un módulo dentro, otro fuera, comunicándose por WiFi. Funciona, sí, pero puede ser un poco excesivo y caro si usas dos ESP32 solo para un timbre. El objetivo real es muy básico: un pulsador exterior que dispare la lógica interior y esta última haga todo lo demás (sonido, LED, notificación móvil, incluso SMS).

Una alternativa más ligera es colocar un simple transmisor y receptor de radiofrecuencia entre el botón exterior y el microcontrolador interior. La gracia es que el lado del pulsador no necesita un MCU completo: con un módulo RF barato, una pila y un circuito bien dimensionado, envías la señal cuando se pulsa. Dentro de casa, un MCU con WiFi recibe la alerta desde el receptor RF y ejecuta el resto: sonar el “ding‑dong”, activar un LED, lanzar la notificación y, si lo deseas, disparar el envío de SMS a través de un servicio externo.

Si prefieres mantener el cableado actual y aprovechar el timbre de 230 V que ya tienes, hay otro enfoque magnífico: detectar la presencia de tensión cuando suena. Esa detección, realizada con aislamiento galvánico, alimenta la lógica de un microcontrolador WiFi que publica el evento y te avisa. De este modo no sustituyes tu timbre, lo “espabilas”.

Para usuarios que levanten la ceja ante los proyectos DIY, también existe la opción de comprar un “todo en uno”. Hay en el mercado intercomunicadores visuales inteligentes inalámbricos con protección IP65 y cámara 1080P que hacen de vídeo‑timbre y conversación bidireccional. Algunas tiendas incluyen hasta controles de “Compartir” en la ficha, y más de una ofrece formularios de “¿Has visto un precio más bajo?” donde te piden indicar si fue en tienda física, la provincia y otros detalles para estudiar si igualan el coste. Es decir, hay soluciones comerciales muy completas, pero si te gusta trastear, el casero te saldrá más barato y hecho a medida.

proyecto timbre inteligente

Detectar 230 V con seguridad: optoacoplador al rescate

Muchos timbres convencionales se alimentan con 230 V solo mientras alguien pulsa. La clave para “escuchar” ese evento sin riesgos es aislar totalmente la parte de potencia de la parte lógica. Aquí entran en juego los optoacopladores: dispositivos que transmiten la señal mediante luz entre dos circuitos separados, asegurando que no hay conexión eléctrica directa entre la red y tu electrónica de 3,3 V.

Para facilitar la vida, puedes comprar una plaquita ya hecha que detecta los 230 V y te ofrece una salida segura para el microcontrolador. Estas placas suelen incluir el optoacoplador y la resistencia adecuada, dejando a salvo tu MCU. Es una solución rápida y robusta si no quieres diseñarlo desde cero. Si te gusta construir, la otra opción es replicar ese esquema tú mismo con un puñado de componentes easy‑to‑find, manteniendo la filosofía de separación física entre potencia y lógica.

Atención con el trazado y las distancias: conviene dejar una separación generosa en la placa entre la zona por la que circulan los 230 V y la zona que alimenta al micro. Si trabajas sobre placa perforada, respeta huecos amplios y, si puedes, encapsula todo en una cajita bien pensada para evitar toques indeseados. Los optoacopladores, por su naturaleza, añaden una capa de tranquilidad que te permite dormir a pierna suelta.

Otra pieza importante es la alimentación: el microcontrolador que vamos a usar trabaja a 3,3 V. Si no tienes una fuente de 3,3 V a mano, puedes bajar desde 5 V con un regulador tipo LM317T, ajustándolo correctamente para que entregue los 3,3 V estables. Esta combinación (fuente 5 V + regulador) es muy típica en proyectos caseros, barata y efectiva.

montaje timbre inteligente

Hardware práctico: ESP-01, caja 3D y cableado con cabeza

Para dotar de conectividad WiFi al sistema, un candidato clásico y bien conocido es el ESP‑01. Es pequeño, asequible, fácil de programar y, sobre todo, suficiente para un timbre. Frente a un ESP32, que es una bestia parda para proyectos más gordos, aquí el ESP‑01 cubre de sobra la lectura del evento, la conexión a la red, la publicación por MQTT y el disparo de notificaciones.

En el montaje físico, puede ser interesante entramparlo todo en una caja impresa en 3D para que quede compacto y seguro. Cuando se combinan la plaquita del ESP‑01 y la de la fuente (más un hueco para una clema), en ocasiones la suma encaja casi a medida con el espacio de un timbre tipo “ding‑dong” tradicional. Esto permite colocar la electrónica cerca del propio chime y mantener el look and feel de tu casa sin inventos raros a la vista.

El cableado también tiene su miga. Conviene llevar a una clema bien etiquetada la fase del timbre, la fase para la alimentación de la electrónica (que debe ir por separado para que el micro tenga siempre alimentación, aunque no se pulse el timbre) y los neutros. De esta manera, puedes detectar cuándo llega tensión al timbre y, a la vez, mantener el sistema inteligente siempre en línea para publicar eventos y notificar. Ojo con la norma: cada cosa por su sitio, y con separación física entre potencia y lógica.

Para los fans del “hazlo tú mismo”, montar el circuito en una placa perforada funciona genial, siempre que respetes distancias de seguridad. Hay quien promete que algún día se pasará a placas PCB a medida, pero mientras tanto la perfboard, bien hecha, va de lujo. Si te apetece documentar el diseño, puedes tener el esquema en tu herramienta favorita (por ejemplo, en un archivo tipo EAGLE), que luego facilita compartir y revisar.

electronica timbre inteligente

Software y notificaciones: interrupciones, MQTT, OpenHAB y Pushbullet

Pasemos al “cerebro”. En la parte de firmware para el ESP‑01, una forma efectiva de detectar el evento es usar una interrupción por flanco. Un detalle práctico: definir el pin 3 (el RX del puerto serie) como pin de interrupción, de modo que, cuando el detector (u óptico) indique la presencia de tensión, se dispare una rutina que marque el estado del timbre.

La configuración típica en muchos ejemplos usa una línea del estilo: attachInterrupt(digitalPinToInterrupt(sensePin), onDoorbellStateChange, FALLING);. La rutina, decorada con ICACHE_RAM_ATTR en firmwares ESP8266/ESP‑01, podría ser algo como: void ICACHE_RAM_ATTR onDoorbellStateChange() { lastTrueState = millis(); doorbellState = true; }. Esto guarda el momento del disparo y pone en verdadero el estado de “alguien ha llamado”.

En el bucle principal, pasado un tiempo razonable, se resetea la marca para permitir nuevos avisos. Aquí entra en juego una comprobación temporal tipo if (doorbellState && (now – lastTrueState) > 5000) { doorbellState = false; isStateSent = false; }. Con esto, si han pasado 5 segundos desde la última llamada, se considera el evento cerrado y se permite volver a enviar notificaciones si alguien vuelve a pulsar. Así evitas spam de avisos por una única pulsación larga o rebotes.

Para integrar con domótica y estándares de hogares inteligentes, MQTT es comodísimo. Puedes montar tu broker e integrarlo en OpenHAB, donde crearás un “Thing” y su correspondiente “Item” que represente el estado del timbre (por ejemplo, OFF/ON). A partir de ahí, configuras las notificaciones con el servicio que más te guste: Pushbullet es un clásico, y desencadenas la alerta con una regla que salte cuando el ítem cambie de OFF a ON.

El esqueleto de esa regla en OpenHAB podría verse como: rule «NombreRegla» when Item NombreItem changed from OFF to ON then val actions = getActions(«pushbullet», «NombreItemPushbulletBot») if (actions !== null) { actions.sendPushbulletNote(«Timbre puerta principal», «Timbre puerta principal», «Alguien llama a la puerta principal») } end. En castellano de andar por casa: en cuanto el Item pase a ON, disparas una nota a tus dispositivos. Si necesitas SMS, puedes intercambiar Pushbullet por un servicio de SMS o por una pasarela que tenga binding disponible en tu plataforma de domótica.

Quienes prefieran no tocar nada del timbre original y busquen verlo en el móvil, recuerda que en el mercado hay soluciones tipo vídeo‑timbre inalámbrico con cámara 1080P e índice de protección IP65. Estos ofrecen intercomunicador visual “de fábrica” y, en muchas tiendas, traen hasta botones de “Compartir” en la ficha y el famoso formulario de “¿Has encontrado un precio más bajo?” para mantener precios competitivos; incluso te pueden pedir si lo viste en tienda (física) y la provincia para evaluar la solicitud. Son una alternativa cómoda, aunque en coste no suelen competir con un montaje DIY bien afinado.

software timbre inteligente

Otro apunte práctico del software: conviene que el dispositivo mantenga la conexión WiFi estable y que implemente reconexiones automáticas al broker MQTT si se cae. En los ESP es habitual escribir una rutina de “reconectar si no hay enlace”, y vigilar con un temporizador que no se quede colgado intentando reenganchar sin fin. Un watchdog por software te puede salvar de más de un apuro en el mundo real.

Para el LED indicador, puedes hacer que parpadee al ritmo del evento (por ejemplo, durante 5 segundos tras el disparo) y luego quede apagado. Si quieres un toque más fino, usa un parpadeo con fade por PWM que indique “llamada en curso” y una luz fija breve para “llamada registrada”. Estas pistas visuales, aunque no imprescindibles, se agradecen cuando no tienes el móvil a mano.

Quienes se estén planteando el envío de SMS, recuerda que hay servicios y APIs que permiten mandar mensajes con una simple llamada HTTP desde tu MCU o, mejor, desde tu servidor de domótica. Esto último reduce la carga en el microcontrolador y centraliza la lógica (por ejemplo, solo mandar SMS si la casa está en modo “ausente”). Además, los SMS suelen tener coste por envío, así que no viene mal poner una pequeña regla antispam que evite mandar más de un mensaje por X minutos.

Por cierto, si integras todo con OpenHAB (o plataformas similares), separarás lo que es “detección y publicación” (MCU) de lo que es “automatización y notificación” (servidor). Esta división de responsabilidades hace el sistema más fácil de mantener: el microcontrolador se centra en una tarea simple y el servidor, que es más flexible, gestiona notificaciones, filtros, reglas y registros históricos de llamadas.

Una vez cableado y probado en la mesa, toca instalar: puede que necesites pasar una nueva fase hasta el timbre para alimentar la parte inteligente de forma continua. En muchas viviendas el tubo lo permite y es cuestión de una pequeña intervención hasta la caja de empalmes más cercana. Importantísimo trabajar con seguridad: corta tensión, identifica conductores, revisa normativa y, si dudas, llama a un profesional.

Si sientes que te falta un “extra”, el siguiente paso puede ser medir cuántas veces se pulsa (telemetría básica), usar un sensor PIR de movimiento, exponer métricas a tu sistema (por ejemplo, vía MQTT a una base de datos de series temporales) o incluso grabar un clip con una cámara IP cuando se dispare el timbre. No es estrictamente parte del proyecto base, pero la automatización trae estas golosinas.

Respecto al acabado, intenta que la caja impresa en 3D esté bien ventilada para que el regulador (si usas LM317T) no se caliente en exceso. Un pequeño disipador y dejar espacio entre componentes ayuda. Además, etiquetar dentro “fase timbre”, “fase alimentación” y “neutro” te facilitará futuras revisiones o ampliaciones sin tener que adivinar nada cuando vuelvas al proyecto meses después.

Volviendo al debate inicial (dos MCUs vs RF), si te preocupa el consumo en el pulsador exterior y simplificar al máximo, el combo RF + MCU interior gana puntos: el transmisor exterior puede ser mínimo y de bajo consumo, y mantienes todo lo “listo” dentro, con alimentación estable. Si prefieres ahorrarte el enlace de radio y ya tienes cableado hasta el timbre, la detección de 230 V con opto y un único MCU es directa, robusta y limpia.

Por último, un par de buenas prácticas: documenta el esquema (aunque sea una foto del prototipo con anotaciones), sube el código a tu repositorio y añade un README con el pinout. Detalles pequeños como indicar que el pin 3 (RX) se usa como interrupción te evitarán sustos si alguien, o tú mismo, decide activar el puerto serie sin mirar. Y si compartes el proyecto, mejor aún: otros podrán replicarlo, mejorarlo o darte ideas.

Queda claro que hay camino tanto para el maker que quiere mantener su “ding‑dong” y recibir alertas, como para quien prefiere un sistema comercial completo con cámara y certificación IP65. Si te animas con el DIY, la combinación de detector seguro, ESP‑01, alimentación a 3,3 V con LM317T, caja 3D, interrupción por flanco, MQTT, OpenHAB y Pushbullet te deja un timbre inteligente casero solvente, ampliable y, sobre todo, a tu medida, con posibilidad de añadir SMS o cualquier otro canal sin rehacer el invento.

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