Linux 6.18 se consolida como kernel clave con mejoras profundas en rendimiento, seguridad y soporte de hardware

  • Linux 6.18 ya es estable, apunta a ser LTS y se centra en rendimiento interno, memoria, red y fiabilidad.
  • Mejoras de memoria con sheaves, nuevo subsistema de swap y reestructuración de sistemas de archivos como exFAT, Btrfs, XFS y EXT4.
  • Refuerzo claro en seguridad (BPF firmado, multi‑LSM, cambios en TPM y auditoría), redes (UDP más rápido, AccECN, PSP) y virtualización.
  • Amplio soporte de hardware: GPUs NVIDIA y ARM Mali, Apple Silicon M2, consolas‑PC y portátiles modernos muy presentes en España y Europa.

Kernel Linux 6.18

El lanzamiento de Linux 6.18 marca uno de los hitos más relevantes de los últimos ciclos del kernel. Esta versión estable, que muy probablemente será designada como la próxima rama de soporte a largo plazo, llega cargada de cambios internos, nuevas funciones y una ampliación notable del soporte de hardware que afectan tanto a usuarios domésticos como a empresas de toda Europa, incluida España.

Aunque muchas de las mejoras se producen “por dentro” y no son visibles a simple vista, el nuevo kernel apunta directamente a incrementar la eficiencia, la solidez y la escalabilidad del sistema. Desde el tratamiento de la memoria hasta la red, pasando por el almacenamiento y la seguridad, Linux 6.18 refuerza la base sobre la que se apoyan escritorios, servidores, infraestructuras cloud y dispositivos embebidos.

Un ciclo de desarrollo estable y candidato claro a LTS

Linus Torvalds ha confirmado la disponibilidad de Linux 6.18 estable tras un ciclo de desarrollo relativamente tranquilo, pese a algún sobresalto de última hora. La séptima versión candidata (rc7) llegó con regresiones menores en la gestión de memoria virtual que se corrigieron rápidamente, y el propio Torvalds describió el estado del kernel como “mayormente normal” antes de dar el visto bueno final.

La publicación se ha producido sin retrasos significativos, algo que refuerza la idea de que 6.18 está listo para desempeñar un papel central durante los próximos años. Todo apunta a que será la próxima versión LTS, lo que significa varios años de parches de seguridad y correcciones, un aspecto clave para proveedores europeos de servicios en la nube, administraciones públicas y empresas que necesitan estabilidad prolongada.

Una vez etiquetado en kernel.org, se ha abierto la clásica ventana de fusión de dos semanas para Linux 6.19. Torvalds ya ha adelantado que el ciclo de esta futura versión será algo más largo de lo habitual por coincidir con el Kernel Maintainer Summit, lo que retrasará su llegada y, de rebote, refuerza el papel de 6.18 como referencia a medio plazo en muchas distribuciones.

Para los usuarios de escritorio en España y el resto de Europa, esto se traducirá en que muchas distros “serias” —sobre todo las orientadas a uso profesional— adopten 6.18 como base para sus versiones con soporte extendido. En entornos críticos, la combinación de nuevas funciones y ciclo prolongado resulta especialmente interesante.

Novedades Linux 6.18

Memoria más eficiente: sheaves, swap renovado y cambios internos

Uno de los puntos técnicos más relevantes de Linux 6.18 es la introducción de “sheaves” en el asignador SLUB. Esta técnica permite que cada CPU cuente con pequeños almacenes de objetos propios, reduciendo la contención entre núcleos y acelerando tanto la asignación como la liberación de memoria para estructuras muy utilizadas dentro del kernel.

Este rediseño de la caché de objetos está pensado para mejorar el comportamiento del sistema bajo cargas altamente paralelas y entornos con muchos hilos, algo habitual en servidores europeos dedicados a servicios web, contenedores o aplicaciones de análisis de datos. Las mejoras también se dejan notar en estaciones de trabajo que ejecutan compilaciones pesadas, máquinas virtuales o herramientas de desarrollo intensivas.

En paralelo, el núcleo estrena la primera fase de una nueva infraestructura de tablas de swap. El objetivo es convertir la tabla de intercambio en una especie de backend de caché más inteligente, permitiendo que el acceso a la memoria de intercambio sea más predecible y rápido. Según las pruebas de los propios desarrolladores, se han observado incrementos de rendimiento de entre un 5% y un 20% en diferentes tipos de carga, desde throughput bruto hasta tiempos de compilación.

Linux 6.18 también avanza en la reestructuración de struct page mediante memdesc_flags_t, un paso intermedio para reducir su tamaño y simplificar la gestión de memoria en futuras versiones. Este tipo de cambios no se refleja de manera directa en el día a día, pero sienta las bases para un kernel más ligero y fácil de mantener.

Redes y rendimiento: UDP más rápido, AccECN y cifrado PSP

El subsistema de red es otro de los grandes beneficiados. El kernel introduce una reescritura importante de la ruta de recepción en UDP, especialmente en sistemas NUMA, que se traduce en incrementos de rendimiento que rondan el 47% en determinados escenarios. Esto ayuda a soportar mejor ráfagas de tráfico intenso, servicios de streaming y, de paso, refuerza la resistencia frente a ataques DDoS basados en UDP.

En la parte de TCP, Linux 6.18 suma soporte inicial para Accurate Explicit Congestion Notification (AccECN), un mecanismo que permite una señalización más precisa de la congestión y un ajuste más fino de las ventanas de envío. Para infraestructuras de red complejas, como las de grandes operadores europeos y centros de datos distribuidos, esta característica puede marcar diferencias en términos de estabilidad y latencia.

El kernel incorpora además un nuevo modo de cifrado PSP para conexiones TCP, pensado para proteger mejor el tráfico en determinados entornos, y acompaña estos cambios con ajustes en los buffers por defecto y mejoras previas en el sistema de compartición de buffers. Todo ello convierte a Linux 6.18 en una opción muy apetecible para balanceadores de carga, proxies de alto tráfico o servicios online de juegos cada vez más presentes en el mercado español.

En el plano del almacenamiento en red, se ha mejorado la escalabilidad de servidores NFS mediante una gestión más fina de la caché de E/S, lo que reduce la presión sobre el sistema bajo cargas distribuidas. Para empresas europeas que dependen de grandes cabinas de almacenamiento compartido, este tipo de ajustes contribuye a evitar cuellos de botella silenciosos.

Linux 6.18 memoria y redes

Sistemas de archivos y almacenamiento: adiós Bcachefs, exFAT y Btrfs al alza

En el frente de los sistemas de archivos, Linux 6.18 combina una decisión polémica con varias optimizaciones llamativas. La parte más mediática ha sido la expulsión de Bcachefs del árbol principal del kernel. No ha sido tanto por motivos técnicos como por reiterados incumplimientos de plazos y reglas de integración por parte de su mantenedor; Torvalds ya lo había marcado como “externamente mantenido” en 6.17 y, finalmente, lo ha retirado.

Quien quiera seguir usando Bcachefs tendrá que recurrir a módulos externos o compilarlo aparte, pero el resto de usuarios se beneficiará de una base más sencilla de mantener. A cambio, otros sistemas consolidados salen claramente reforzados. El controlador de exFAT, el sistema de archivos de Microsoft ampliamente usado en tarjetas SD y unidades USB, recibe una optimización profunda que puede multiplicar por 16 la velocidad en determinadas operaciones de lectura y escritura.

En la práctica, montar o explorar directorios grandes en exFAT pasa de tardar decenas de segundos a apenas unos instantes, incluso con configuraciones de clúster poco favorables. Para quienes mueven datos entre Windows y Linux en Europa usando memorias externas, el cambio se nota nada más actualizar al nuevo kernel.

El veterano XFS activa por defecto la comprobación y reparación en línea (online fsck), que hasta ahora se consideraba experimental. Esto permite detectar y corregir ciertos problemas sin desmontar el sistema de archivos, algo muy atractivo en servidores que no pueden pararse a la ligera. Btrfs, por su parte, añade soporte para tamaños de bloque superiores al tamaño de página y mejora el paralelismo para cargas de lectura intensiva, dando un paso más en su consolidación como opción moderna en entornos de escritorio y servidores.

En EXT4 se introducen pequeñas optimizaciones, compatibilidad con identificadores de usuario y grupo de 32 bits y una nueva interfaz ioctl() para consultar y ajustar parámetros del superbloque. Son detalles que interesan especialmente a administradores de sistemas y proveedores de hosting europeos que siguen confiando en EXT4 como sistema “de batalla”.

dm-pcache y almacenamiento persistente más flexible

Linux 6.18 también estrena un nuevo objetivo de device-mapper denominado dm-pcache. Su razón de ser es permitir el uso de memoria persistente —como dispositivos CXL o DAX— como caché de alta velocidad y baja latencia delante de medios más lentos, ya sean discos duros clásicos o SSD que no ofrecen el mismo nivel de respuesta.

Esta capa de caché adicional proporciona una forma más flexible de acelerar volúmenes de almacenamiento sin tener que rediseñar completamente la infraestructura. En centros de datos europeos donde se combinan cabinas tradicionales con soluciones más modernas de memoria persistente, dm-pcache abre la puerta a configuraciones de rendimiento muy ajustadas sin complejidad excesiva.

Junto a esto, el kernel incorpora nuevas capacidades en IOMMU y otros subsistemas de E/S para reducir sobrecarga en cambios de contexto y mejorar la asignación de memoria para dispositivos. Esta batería de pequeños cambios contribuye a que los sistemas de almacenamiento intensivo —desde servidores de bases de datos hasta plataformas de backup— funcionen de manera más suave.

Seguridad: BPF firmado, multi‑LSM y cambios en TPM

La seguridad sigue siendo un eje central del desarrollo del kernel. En Linux 6.18 se introduce la firma de programas BPF, de forma que el código que se carga dinámicamente en el kernel puede verificarse antes de ejecutarse. Esto es especialmente relevante en entornos donde BPF se usa para observabilidad avanzada, filtrado de red o mecanismos de seguridad, cada vez más comunes en centros de datos europeos.

Además, el subsistema de auditoría se ha reforzado para gestionar correctamente múltiples Linux Security Modules (LSM) en paralelo. Esto facilita que soluciones como SELinux, AppArmor y otros módulos convivan y aporten sus propias políticas de seguridad acumulativas, una configuración que muchas organizaciones reguladas dentro de la UE valoran para cumplir normativas como NIS2 o requisitos sectoriales específicos.

Otro cambio significativo es la decisión de desactivar por defecto el cifrado HMAC en el bus TPM. En su implementación actual, esta característica añadía complejidad y penalizaba el rendimiento sin aportar ventajas de seguridad claras. Ahora se mantiene disponible para quien la necesite, pero no se activa automáticamente, evitando cuellos de botella innecesarios.

En paralelo, se amplían las capacidades de virtualización segura: KVM añade soporte para tecnologías como SEV‑SNP CipherText Hiding en plataformas AMD y extiende el uso de mecanismos como las shadow stacks y la Control-flow Enforcement Technology (CET). Estas funciones apuntalan el aislamiento de memoria y la protección frente a ataques de flujo de control en máquinas virtuales, algo clave para proveedores de nube y empresas europeas que alojan cargas críticas en entornos virtualizados.

Más Rust en el núcleo y nuevas arquitecturas

Linux 6.18 da nuevos pasos en la integración de Rust como segundo lenguaje de desarrollo del kernel. Se amplían los bindings para APIs clave, incluyendo operaciones atómicas acordes con el modelo de memoria del kernel, acceso a DebugFS, gestión de mapas de bits y creación de drivers. Esto permite escribir controladores con mayores garantías de seguridad a nivel de memoria.

Entre los ejemplos más visibles está el driver Rust Binder para dispositivos Android, que mejora la integración de esta plataforma en el kernel principal, y un nuevo controlador DRM en Rust para GPUs ARM Mali, todavía en fase temprana, pero que señala el camino de futuros drivers gráficos más robustos.

También se extiende el soporte de arenas BPF a arquitecturas como PowerPC y se incorporan mejoras específicas para Arm, RISC‑V y MIPS. En el caso de RISC‑V, se han reintroducido cambios que no llegaron a tiempo a 6.17, incluyendo nuevas primitivas de mapeo de memoria, soporte para la interfaz RPMI (similar a ARM SCMI) y la utilización de extensiones específicas de fabricantes. Todo esto contribuye a consolidar RISC‑V como opción abierta para hardware europeo de nueva generación.

Gráficos, juegos y aceleradores de IA

El apartado gráfico y de gaming también se beneficia de esta versión. El driver libre Nouveau adopta por defecto el firmware del GPU System Processor (GSP) en GPUs NVIDIA Turing y Ampere, siempre que esté disponible. Este cambio mejora la inicialización de la tarjeta y sienta las bases para un soporte más estable y eficiente, algo que se deja notar tanto en estaciones de trabajo como en PC de juego que empiezan a popularizarse como opción en España y el resto de la UE.

Por otro lado, Linux 6.18 incorpora un driver DRM en Rust para GPUs ARM Mali, adaptado a partir del proyecto Panthor. Aunque todavía no está listo para su uso generalizado, abre la puerta a un soporte gráfico más robusto en sistemas ARM ampliamente usados en placas de desarrollo, dispositivos embebidos y portátiles ligeros.

En lo relativo a videojuegos, el kernel suma un nuevo controlador HWMON específico para las consolas‑PC de GPD, como las Win 4 y Win Max 2, que mejora la lectura de sensores y el control de ventiladores. Además, se corrigen problemas en dispositivos como la ASUS ROG Ally y la Lenovo Legion Go 2, solucionando interrupciones espurias y errores en la reanudación de unidades NVMe que podían llegar a colgar el sistema.

Linux 6.18 también presta atención a los periféricos de juego: el mando DualSense de PlayStation 5 funciona mejor bajo Linux, incluyendo el soporte adecuado del conector de audio, de modo que los auriculares conectados al mando y su micrófono se reconocen sin configuraciones extrañas. Para quienes usan Linux como sistema principal en España y se apoyan en Steam, Proton o la Steam Deck, estos ajustes incrementan la sensación de sistema “redondo”.

En cuanto a aceleración de inteligencia artificial, el kernel incluye un nuevo controlador para la NPU de Rockchip, con soporte para múltiples núcleos y escalado dinámico de frecuencia. Esto permite aprovechar mejor el hardware de placas de bajo coste muy populares en Europa para tareas de machine learning y visión artificial sin depender siempre de GPU discretas.

Soporte de hardware moderno: portátiles, Apple Silicon y más

El soporte de hardware da un salto notable en 6.18. Se amplía la compatibilidad con touchpads hápticos, una tecnología cada vez más común en portátiles modernos que simula el clic por vibración. Gracias a las contribuciones de fabricantes como Google, muchos equipos vendidos en España y otros países europeos con este tipo de panel táctil comienzan a funcionar de forma más natural bajo Linux.

En el universo x86, el kernel mejora la gestión de energía en Intel Meteor Lake gracias a Dynamic Efficiency Control, permitiendo que el driver intel_pstate aproveche los Hardware P‑states (HWP) sin las restricciones habituales de EPP en determinados modos. Esto permite un equilibrio más fino entre rendimiento y consumo, especialmente atractivo en ultrabooks y portátiles profesionales.

Se añaden también referencias y soporte preliminar para plataformas ligadas a AMD Zen 6, una señal de que el kernel se prepara con antelación para la próxima generación de procesadores de la compañía. Asimismo, se introduce un driver EDAC para el controlador de memoria VersaINET de AMD, lo que facilita la detección de errores de memoria en servidores y estaciones de trabajo.

En el ecosistema de Apple, Linux 6.18 integra Device Trees para los SoC M2 Pro, M2 Max y M2 Ultra, un paso importante para avanzar en el soporte de Apple Silicon en el árbol principal. Aunque para un uso cotidiano en portátiles Mac sigue siendo recomendable recurrir a proyectos como Asahi Linux, el hecho de que parte de este trabajo entre en mainline indica un progreso constante y relevante para usuarios avanzados también en Europa.

Además, se mejora el soporte para portátiles de marcas muy presentes en el mercado europeo, como HP Omen, Alienware, Dell G o ciertos modelos de ASUS, ampliando el control de ventiladores, sensores térmicos y sistemas de iluminación RGB. El resultado práctico es un comportamiento más predecible en temperatura y ruido, algo que muchos usuarios valoran aunque no lo vean reflejado en grandes titulares.

Virtualización, contenedores y redes empresariales

Las tecnologías de virtualización y contenedores continúan siendo una prioridad. Linux 6.18 refuerza KVM con nuevas funciones que permiten virtualizar características de seguridad de Intel y AMD, como CET o SEV‑SNP, facilitando el despliegue de máquinas virtuales endurecidas en nubes privadas y públicas utilizadas por empresas europeas.

El kernel también mejora el comportamiento cuando actúa como invitado sobre hipervisores como Bhyve, ampliando las combinaciones posibles en entornos mixtos FreeBSD‑Linux. Estas mejoras interesan especialmente a proveedores de hosting y organizaciones que combinan distintas tecnologías en sus infraestructuras.

En el ámbito de los contenedores, Linux 6.18 simplifica la gestión de namespaces a través de descriptores de fichero, lo que facilita el trabajo de herramientas de orquestación y administración avanzada. Esto, junto a un balance NUMA más justo y ajustes en el planificador, contribuye a que cargas encapsuladas en contenedores se comporten de forma más estable bajo presión.

La combinación de mejoras en red —como el soporte de Google PSP Security Protocol para cifrado de TCP, AccECN, el aumento de rendimiento en UDP y la mejor escalabilidad de NFS— hacen de Linux 6.18 un candidato muy sólido para tareas de red intensivas en empresas y centros de datos europeos, desde plataformas de streaming hasta videojuegos online o servicios financieros con baja latencia.

GNU Linux-libre 6.18: el mismo núcleo depurado de blobs propietarios

Para quienes llevan la defensa del software libre un paso más allá, el proyecto GNU Linux-libre 6.18 ofrece una variante del kernel 6.18 sometida a un proceso exhaustivo de “deblobbing”. Esta edición elimina o neutraliza cualquier rastro de firmware y microcódigo propietario, así como referencias en documentación y devicetrees que actúen como gancho hacia componentes no libres.

GNU Linux-libre 6.18 hereda las mismas mejoras de rendimiento, memoria, seguridad y soporte de arquitecturas que el kernel oficial, pero aplica scripts específicos para limpiar drivers que dependen de blobs binarios. Esto afecta tanto a controladores nuevos —como ciertos amplificadores de audio digital, motores serie Qualcomm o drivers que cargan firmware para GPUs— como a otros ya existentes que han cambiado su mecanismo de carga.

El resultado es un kernel totalmente funcional dentro de sus límites, pero que renuncia voluntariamente al soporte de hardware que no disponga de alternativas libres. En la práctica, algunos dispositivos pueden quedar inutilizados si necesitan firmware propietario para arrancar, pero se garantiza que el sistema resultante cumple las Directrices para Distribuciones de Software Libre (FSDG) de la FSF.

El código fuente de GNU Linux-libre 6.18 puede obtenerse desde los repositorios mantenidos por la FSF Latinoamérica y el Proyecto GNU, y existen paquetes binarios preparados para distribuciones basadas en Debian o en el ecosistema RPM. Muchas distros 100 % libres certificadas por la FSF usan este kernel como base para ofrecer un sistema lo más coherente posible con la filosofía del software libre.

Disponibilidad por distribuciones y opciones de actualización

La llegada de Linux 6.18 a los distintos sabores de Linux en España y Europa no será simultánea. Las distribuciones de tipo rolling release —como Arch Linux o algunas derivadas de Debian Testing— suelen incorporar el nuevo kernel a través de las actualizaciones regulares de paquetes, por lo que sus usuarios lo recibirán relativamente pronto mediante el gestor de paquetes de siempre.

En cambio, las distros con ciclos de lanzamiento más conservadores, como Ubuntu, Debian estable, Linux Mint u openSUSE Leap, tardarán más en adoptar 6.18. Lo habitual es que una versión LTS o de soporte extendido se apoye en un kernel consolidado como este, de modo que muchos usuarios domésticos y profesionales en España verán llegar la actualización cuando sus distribuciones publiquen nuevas versiones mayores.

Quien tenga prisa puede optar por instalar paquetes mainline o repositorios externos (como PPAs en el caso de Ubuntu) que ofrecen compilaciones del kernel oficial. Esta vía, eso sí, suele venir sin soporte específico de la distribución y puede no incluir parches propios, por lo que se recomienda reservarla para equipos de pruebas o usuarios avanzados que sepan cómo revertir cambios en caso de problemas.

La alternativa clásica sigue vigente: descargar el código fuente desde kernel.org, configurar el núcleo mediante herramientas como make menuconfig, compilarlo y instalarlo de forma manual. Esta opción ofrece el máximo control sobre las opciones del kernel, pero exige tiempo, cierta experiencia y asumir que la responsabilidad del mantenimiento recae en el propio usuario.

Con todas estas piezas sobre la mesa, Linux 6.18 se consolida como una versión especialmente relevante del kernel: combina mejoras internas profundas en memoria, red y sistemas de archivos con un refuerzo claro de la seguridad, amplía el soporte para hardware moderno —desde portátiles y consolas‑PC hasta Apple Silicon y GPUs recientes— y abre camino a un uso más extendido de Rust en el núcleo. Todo ello, sumado a su probable rol como próxima rama LTS, lo convierte en una base muy atractiva para usuarios particulares en España, organizaciones europeas y proveedores de servicios que buscan un equilibrio razonable entre estabilidad, rendimiento y capacidad de evolucionar en los próximos años.

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