El laboratorio de drones de la Universidad de Burgos se consolida como referente tecnológico

  • La Junta de Castilla y León impulsa el laboratorio de drones de la UBU con más de 700.000 euros, ampliables a 1,2 millones.
  • El centro es único en el sistema universitario español y se orienta a aplicaciones industriales, defensa, energía, agricultura y logística.
  • El laboratorio desarrolla prototipos con hidrógeno verde, tecnología dual civil-militar y sistemas para la detección temprana de incendios forestales.
  • La JRU Drones articula un ecosistema colaborativo universidad-empresa para I+D+i, formación especializada y creación de startups tecnológicas.

laboratorio de drones universidad de burgos

El laboratorio de drones de la Universidad de Burgos se ha convertido en uno de los proyectos tecnológicos más ambiciosos de Castilla y León, tanto por la inversión pública movilizada como por el alcance de sus líneas de investigación. Concebido como un espacio físico, técnico y humano, el centro nace con la vocación de situar a Burgos y a la Comunidad en el mapa europeo de la tecnología dron.

Respaldado de forma decidida por la Junta de Castilla y León, el laboratorio aspira a atraer talento, impulsar proyectos de I+D+i y servir de puente entre la universidad y la industria. Lejos de ser solo un banco de pruebas de prototipos, se plantea como una infraestructura estratégica para generar empleo cualificado, fomentar el emprendimiento y modernizar sectores clave como la defensa, la agricultura, la logística o la energía.

Inversión pública y apuesta estratégica de la Junta

financiacion laboratorio drones

El proyecto cuenta con una financiación inicial de 218.000 euros por parte de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, a la que se ha sumado un refuerzo de 500.000 euros adicionales destinados a equipamiento avanzado, investigación aplicada y creación de prototipos. En varios actos públicos, la consejera Leticia García ha detallado que, entre aportaciones ya ejecutadas y fondos comprometidos, el apoyo global de la Junta supera los 700.000 euros y se encamina hacia una movilización de más de 1,2 millones de euros vinculados al ecosistema de tecnología dron en la UBU.

Según la responsable autonómica, este esfuerzo económico responde a una demanda industrial vital, con previsiones de que el sector de los vehículos aéreos no tripulados requiera miles de profesionales en los próximos años. Para el Gobierno autonómico, el laboratorio ejemplifica el compromiso con la innovación, la diversificación del tejido productivo y la creación de empleo de calidad, especialmente para perfiles jóvenes y altamente cualificados.

La inversión no se limita a la compra de equipos o a la mejora de infraestructuras; está pensada para reforzar la industria existente y favorecer la llegada de nuevas empresas tecnológicas a la Comunidad. La Junta subraya que este tipo de iniciativas permiten que Castilla y León no solo consuma tecnología, sino que la desarrolle y exporte, apoyándose en una red de colaboración entre universidades, empresas y administraciones.

En paralelo, programas complementarios como Experience Plus e INCOFI, dotados con casi 13 millones de euros, facilitan la incorporación de titulados universitarios a compañías del entorno, cerrando el círculo entre formación, investigación y empleo. Estos convenios se presentan como la otra pata de una estrategia que busca que los perfiles formados en el laboratorio puedan incorporarse al tejido productivo regional sin tener que emigrar.

Un centro único en el sistema universitario español

instalaciones laboratorio drones ubu

La Universidad de Burgos destaca que su Laboratorio de Tecnologías de Drones es único en el sistema universitario español por su configuración y por el tipo de proyectos que alberga. Se integra en la Escuela Politécnica Superior de la Milanera y comparte pabellón con los laboratorios de Hidrógeno Verde y Robots Terrestres (AGV/AMR), generando un entorno claramente multidisciplinar donde conviven la robótica, las nuevas energías y la inteligencia artificial.

El espacio se articula alrededor de la Unidad de Investigación Conjunta en Tecnología de Drones (JRU Drones), que funciona como eje de coordinación entre grupos de investigación de la propia UBU y de otras universidades de Castilla y León. Esta estructura permite que el laboratorio no sea un recurso aislado, sino un nodo que canaliza proyectos de gran envergadura con participación académica y empresarial.

Desde el rectorado se subraya que la tecnología dron es claramente transversal: influye en el diseño de materiales ligeros, en la electrónica de alta precisión, en los algoritmos de aprendizaje automático y en la integración con fuentes de energía como el hidrógeno. Esa transversalidad explica por qué el laboratorio se concibe como un punto de encuentro de ingenierías distintas, ciencias de datos, energías renovables y disciplinas vinculadas a la seguridad y la gestión del territorio.

La UBU recuerda que su experiencia con drones no arranca de cero. Antes de la formalización del laboratorio ya se trabajaba en aplicaciones de agricultura de precisión, a las que ahora se suman proyectos relacionados con la seguridad civil, la monitorización de infraestructuras, el control automatizado de ciudades o la inspección de entornos industriales complejos. El nuevo espacio permite unificar todas estas líneas bajo un paraguas común y dotarlas de más medios.

En palabras del rector José Miguel García, el laboratorio simboliza una colaboración real con el tejido económico de Burgos, de su provincia y del conjunto de Castilla y León, en la que participan tanto instituciones públicas como empresas privadas. Ese trabajo conjunto es el que, a juicio de la universidad, puede colocar a Burgos en una posición avanzada dentro del mapa europeo de la tecnología dron.

JRU Drones, HALO y SLIM: un ecosistema de I+D+i en torno a los drones

ecosistema investigacion drones ubu

El laboratorio se inserta en un conglomerado tecnológico más amplio que la UBU ha ido construyendo en torno a la robótica, los materiales avanzados y la inteligencia artificial. Junto a la JRU Drones, cobran especial peso otras unidades como JRU HALO (High Accuracy Learning Operations) y la Unidad Conjunta de Investigación SLIM, que contribuyen a dotar de contenido aplicado a los proyectos con drones.

En el caso de HALO, se trata de una iniciativa centrada en el desarrollo de soluciones de IA de alta precisión, en la que está prevista la integración de la empresa Fsas Technologies, filial de Fujitsu. Su participación aportará experiencia en algoritmos avanzados, procesamiento de datos y sistemas de autoaprendizaje, elementos clave para que los drones puedan operar de forma más autónoma y segura en entornos complejos.

Por su parte, la unidad SLIM enfoca su trabajo en el aligeramiento de materiales y estructuras, un factor determinante para aumentar el tiempo de vuelo, la eficiencia energética y la capacidad de carga de los vehículos aéreos no tripulados. La colaboración entre SLIM y el laboratorio permite experimentar con nuevas aleaciones, geometrías y procesos de fabricación que se trasladan a prototipos reales.

El rectorado subraya que estas unidades no actúan de manera aislada, sino que conforman un ecosistema coordinado de investigación que facilita la transferencia de resultados hacia el sector privado. Los proyectos no se quedan en publicaciones científicas, sino que aspiran a convertirse en productos, servicios y soluciones integradas que puedan adoptar empresas europeas de diversos ámbitos.

De este modo, la UBU aspira a atraer centros de I+D+i de compañías especializadas en drones y tecnologías asociadas a su entorno más inmediato, reforzando el papel del campus burgalés como polo de innovación. El laboratorio se plantea también como una herramienta para apoyar a la aceleradora de proyectos empresariales de la universidad y acompañar a las startups desde la fase de diseño hasta la validación de sus prototipos.

Prototipos avanzados y proyección internacional

prototipos drones otan

Uno de los hitos más citados por los responsables del laboratorio es la presentación de un prototipo de dron en el seno de la OTAN, un paso que ilustra la proyección internacional que persigue el proyecto. Este dispositivo se orienta a aplicaciones de seguridad y defensa y se encuadra dentro de la llamada tecnología dual, es decir, aquella con posibles usos tanto civiles como militares.

Los investigadores destacan que el trabajo no se limita a un único modelo, sino que el centro ya tiene en marcha varios prototipos de drones de aplicación industrial capaces de operar en plantas energéticas, infraestructuras críticas o entornos logísticos. La idea es que estos desarrollos puedan integrarse con sistemas de gestión ya existentes, mejorando la inspección, el mantenimiento y la seguridad de forma más eficiente y menos costosa.

En el ámbito puramente industrial, el laboratorio trabaja con drones equipados con sensores avanzados para tareas como la fotogrametría, la topografía, la monitorización de líneas eléctricas o el seguimiento de obras de construcción. La combinación de cámaras de alta resolución, visión multiespectral y algoritmos de análisis de datos abre la puerta a nuevas formas de gestionar activos y recursos en tiempo real.

Esta capacidad para generar soluciones específicas ha facilitado que el centro comience a participar en proyectos europeos de I+D, donde colabora con otros socios académicos y empresariales. La presencia en este tipo de convocatorias no solo aporta financiación adicional, sino que también posiciona a la Universidad de Burgos dentro de redes internacionales que marcan la agenda en materia de drones y robótica aérea.

Los responsables universitarios insisten en que la vocación del laboratorio es claramente aplicada: se buscan resultados que puedan probarse sobre el terreno, integrarse en flotas reales y adaptarse a normativas europeas cada vez más exigentes en materia de seguridad aérea, certificación y protección de datos.

Hidrógeno verde y lucha contra incendios forestales

hidrogeno verde e incendios forestales

Entre las líneas de trabajo más destacadas figura el desarrollo de drones impulsados por hidrógeno verde, un ámbito en el que la Universidad de Burgos considera que dispone de un posicionamiento estratégico gracias al laboratorio específico de esta tecnología. Estos sistemas buscan incrementar de forma sustancial la autonomía de vuelo y reducir la huella ambiental respecto a las baterías tradicionales.

El uso de pilas de combustible de hidrógeno en drones se perfila como una solución de alto interés para misiones de larga duración y grandes distancias, donde la recarga frecuente o el peso de las baterías convencionales suponen una limitación. En este contexto, el laboratorio está probando configuraciones que combinan ligereza estructural, eficiencia aerodinámica y gestión inteligente de la energía.

Otra de las aplicaciones en las que más se insiste desde la Junta y la universidad es la lucha contra los incendios forestales. El centro trabaja en prototipos capaces de detectar focos tempranos, mapear la evolución del fuego y apoyar tareas de extinción en la fase inicial de los siniestros, con el objetivo de evitar que deriven en incendios de quinta y sexta generación, mucho más destructivos y difíciles de controlar.

Estos drones pueden incorporar cámaras térmicas, sensores de gases y sistemas de transmisión de datos en tiempo real, lo que permite que los servicios de emergencia tomen decisiones más rápidas y mejor informadas. Desde la UBU se remarca que este tipo de usos demuestra cómo la tecnología de drones no se limita a la industria o la defensa, sino que también puede jugar un papel relevante en la protección del medio ambiente y la seguridad de la población.

Además de estas líneas, el laboratorio explora aplicaciones en agricultura de precisión, como la monitorización de cultivos y la gestión más eficiente de insumos; en energía y mantenimiento de infraestructuras, con inspecciones de parques eólicos, plantas fotovoltaicas o redes de distribución; y en logística y transporte puntual de suministros críticos, incluidos materiales médicos o repuestos urgentes.

Formación especializada y oportunidades laborales

Uno de los grandes objetivos del laboratorio es convertirse en un polo de formación especializada en drones a nivel regional. La instalación permitirá que estudiantes y profesionales puedan capacitarse en diseño, fabricación, operación y mantenimiento de estos sistemas, en sintonía con la normativa europea vigente en materia de vehículos aéreos no tripulados.

La consejera de Industria ha insistido en que esta oferta formativa es clave para cubrir el déficit de especialistas que empieza a detectarse en el mercado laboral. Se estima que en los próximos años serán necesarios miles de perfiles técnicos relacionados con la robótica aérea, la programación de vuelos, la integración de sensores y la interpretación de datos.

Desde la UBU se recalca que la formación no se limitará a aspectos puramente técnicos, sino que incluirá contenidos en seguridad operacional, regulación, ética y gestión de proyectos, de forma que los titulados puedan incorporarse a empresas con una visión global de todo el ciclo de vida de los sistemas dron. Esta perspectiva integral se considera fundamental para operar en un entorno europeo donde la normativa se actualiza de forma constante.

La cercanía del laboratorio a iniciativas como Experience Plus e INCOFI, enfocadas a la colaboración universidad-empresa, facilitará que muchos de estos estudiantes completen prácticas y contratos de inserción en compañías de la Comunidad. El objetivo es que la inversión en capacitación se traduzca en empleo estable y en una mayor competitividad del tejido productivo de Castilla y León.

Responsables políticos y académicos coinciden en que este laboratorio puede ayudar a que la Comunidad retenga talento tecnológico que, de otro modo, podría buscar oportunidades en otros polos europeos. Al ofrecer infraestructuras de alto nivel y un entorno de investigación aplicada, Burgos aspira a consolidarse como un destino atractivo para jóvenes ingenieros, investigadores y emprendedores del ámbito dron.

Emprendimiento, startups y colaboración con la industria

El laboratorio de drones nace también como una herramienta para impulsar nuevas startups tecnológicas vinculadas a los vehículos aéreos no tripulados y sus aplicaciones. La UBU quiere que los proyectos surgidos en su aceleradora de iniciativas empresariales cuenten con un espacio donde probar ideas, validar prototipos y conectarse con posibles socios industriales.

La infraestructura está pensada para que empresas locales, nacionales y europeas puedan colaborar en la definición de casos de uso reales, desde la inspección de redes eléctricas hasta la supervisión de grandes obras o la vigilancia de zonas de difícil acceso. La intención es que los desarrollos que nacen en el entorno universitario encuentren rápidamente una salida al mercado.

En paralelo, la Junta subraya que este tipo de proyectos permiten reforzar sectores estratégicos como la defensa, la industria, la agricultura, la logística o la energía, al incorporar soluciones de alto valor añadido basadas en tecnología europea. Esa combinación de innovación, emprendimiento y modernización industrial es la que se considera necesaria para diversificar la economía regional.

El carácter colaborativo del laboratorio se refleja también en su apertura a otras universidades de Castilla y León, que podrán participar en proyectos conjuntos y aprovechar las instalaciones para ensayar sus propias líneas de trabajo. Esta red interuniversitaria busca sumar capacidades y facilitar el acceso a convocatorias de I+D+i de mayor tamaño, donde la cooperación es prácticamente imprescindible.

Para la Universidad de Burgos, el laboratorio se ha convertido, en poco tiempo, en una pieza clave para el desarrollo socioeconómico del territorio. La institución confía en que la combinación de financiación pública, alianzas empresariales y capacidad investigadora permita consolidar a la ciudad como un referente en drones no solo en España, sino también en el contexto europeo.

Con la puesta en marcha y el refuerzo del laboratorio de drones, la Universidad de Burgos y la Junta de Castilla y León han articulado un proyecto que combina investigación avanzada, formación especializada, apoyo al emprendimiento y colaboración con la industria, configurando un entorno en el que los vehículos aéreos no tripulados pasan de ser una promesa tecnológica a convertirse en una herramienta concreta para transformar sectores productivos y generar nuevas oportunidades de futuro en la Comunidad.

Ubudrone-Talent Cluster
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