
La llegada de la Raspberry Pi 5 con 1 GB de RAM marca un nuevo peldaño de entrada en la gama más reciente de la popular placa. Se trata de una versión con prestaciones recortadas en memoria, pero que mantiene el mismo chip y conectividad que sus hermanas mayores, y que se coloca en el mercado internacional con un precio oficial de 45 dólares (en Europa y España habrá que sumar impuestos y márgenes de distribución).
Este lanzamiento no viene solo. La fundación ha aprovechado para anunciar una revisión al alza de los precios de la mayor parte de la familia Raspberry Pi 4 y 5, impulsada por el encarecimiento histórico de la memoria RAM. La situación afecta a todo el ecosistema tecnológico, y ni siquiera un proyecto tan asociado al bajo coste como Raspberry Pi ha conseguido esquivarlo.
Un nuevo escalón de entrada: Raspberry Pi 5 con 1 GB
El nuevo modelo Raspberry Pi 5 con 1 GB se posiciona como la opción más básica de la quinta generación, pensada para proyectos con necesidades modestas de memoria, como automatización sencilla, electrónica básica, pequeños servidores o usos educativos muy concretos. Aunque 1 GB resulta hoy una capacidad limitada incluso en una SBC, puede ser suficiente para aplicaciones en modo consola, tareas embebidas o sistemas que no requieran una interfaz gráfica pesada.
Esta variante conserva el mismo procesador Broadcom BCM2712 con cuatro núcleos Arm Cortex-A76 a 2,4 GHz que el resto de la gama Raspberry Pi 5. También mantiene la conectividad habitual: Wi‑Fi de doble banda, Bluetooth, soporte de hasta dos pantallas 4K, USB 3.0 de alto ancho de banda y la posibilidad de añadir periféricos de alto rendimiento mediante la interfaz PCI Express. Es decir, el recorte se limita a la memoria.
Uno de los detalles técnicos de esta versión es el uso del stepping D0 del BCM2712, una revisión del chip que, según la propia compañía, permite exprimir algo más el rendimiento y la eficiencia. A efectos prácticos, los proyectos que ya están optimizados para Raspberry Pi 5 no deberían notar diferencias en compatibilidad, pero se benefician de esa ligera mejora interna del silicio.
Con un precio fijado en 45 dólares en origen, esta Raspberry Pi 5 de 1 GB se sitúa como modelo base absoluto de la familia 5, por debajo de las variantes de 2, 4, 8 y 16 GB que ya estaban en el mercado. Para usuarios en España o Europa, el coste final dependerá de la evolución del cambio dólar‑euro y de la carga de IVA, pero previsiblemente rondará una cifra similar en euros, con cierto margen al alza por logística y distribución.
Conviene recordar que, al igual que en el resto de Raspberry Pi 5, la memoria está soldada a la placa. Esto significa que no se puede ampliar posteriormente con módulos adicionales. Elegir el modelo de 1 GB implica asumir ese límite de forma permanente, por lo que sólo es recomendable cuando se tiene claro que las aplicaciones previstas no van a requerir más RAM ni ahora ni a medio plazo.
Subidas de precio en Raspberry Pi 4 y 5 por la RAM
El estreno de la Raspberry Pi 5 con 1 GB llega acompañado de la decisión, nada popular pero anunciada como inevitable, de aumentar los precios de las Raspberry Pi 4 y 5 con mayor capacidad de memoria. Los incrementos oscilan entre los 5 y los 25 dólares según el modelo, lo que en algunos casos supone subidas cercanas al 20 % respecto al precio anterior.
En la gama Raspberry Pi 5, el modelo de 2 GB pasa de 50 a 55 dólares, el de 4 GB sube de 60 a 70 dólares, mientras que la versión de 8 GB se encarece de 80 a 95 dólares. La más afectada es la Raspberry Pi 5 con 16 GB de RAM, que ve su precio oficial incrementarse de 120 a 145 dólares, un salto de 25 dólares que la sitúa en lo alto del catálogo tanto por prestaciones como por coste.
La serie anterior tampoco se libra. En el caso de Raspberry Pi 4, el modelo con 4 GB aumenta de 55 a 60 dólares, y la variante de 8 GB pasa de 75 a 85 dólares. Estos movimientos evidencian que el impacto del coste de la memoria afecta sobre todo a las configuraciones con más RAM, donde el componente tiene un peso mayor dentro del precio final de la placa.
Además, las versiones de 16 GB del Compute Module 5, orientadas a integradores y proyectos industriales, también sufren una subida de 20 dólares. Para quienes diseñan productos comerciales basados en estos módulos, la variación de precio puede obligar a revisar presupuestos, márgenes y previsiones de coste de fabricación.
Frente a este escenario, la fundación ha dejado claro que no todos los modelos cambian de precio. Las Raspberry Pi 4 con menos memoria, las Raspberry Pi 3+ y anteriores, así como las distintas versiones de Raspberry Pi Zero, se mantienen por ahora en las tarifas que tenían hasta el anuncio. De esta forma, se preservan opciones muy económicas para educación, proyectos sencillos y usos donde la potencia no es prioritaria.
La memoria RAM en el punto de mira: IA, escasez y efectos en Europa
El detonante de esta oleada de ajustes es, según explican desde la propia compañía, el aumento inusual del coste de la memoria LPDDR4 y LPDDR4X que utilizan sus placas. La expansión acelerada de la infraestructura de inteligencia artificial a escala global ha disparado la demanda de chips de memoria, desplazando parte de la capacidad productiva hacia soluciones de alto margen destinadas a centros de datos y hardware especializado.
Aunque las memorias empleadas en servidores y aceleradores de IA no sean idénticas a las que montan las Raspberry Pi, los grandes fabricantes priorizan las líneas de producción que les resultan más rentables. El resultado es una menor disponibilidad de chips para el mercado de consumo y embebido, con un efecto directo sobre los precios. En algunos segmentos, los kits de RAM para PC han llegado a duplicar o triplicar su precio en cuestión de meses.
Este contexto afecta también a Europa y, por extensión, al mercado español. Las tiendas especializadas en hardware y electrónica han empezado a reflejar estos incrementos en sus catálogos, y placas como Raspberry Pi, tradicionalmente asociadas a proyectos asequibles, ya no se libran de estas tensiones. Para quienes montan laboratorios de aprendizaje, talleres maker o aulas de informática con varias unidades, el sobrecoste acumulado puede ser significativo.
Desde el entorno de fabricantes de ordenadores y sistemas personalizados también se ha señalado la misma causa: escasez de chips de memoria, precios al alza y márgenes más ajustados. Lo que antes era un componente relativamente barato se ha convertido en una parte crítica del presupuesto, lo que explica que una fundación sin ánimo de lucro como Raspberry Pi se vea obligada a repercutir parte de esa subida al usuario final.
Para quienes estaban pensando en adquirir una placa en España o en otros países europeos, esto se traduce, en la práctica, en precios notablemente más altos en los modelos con más RAM, mientras que la nueva opción de 1 GB se situará como la forma más económica de acceder a la quinta generación, siempre y cuando el proyecto admita ese límite de memoria.
Posicionamiento de Raspberry Pi y horizonte de precios
Eben Upton, responsable de Raspberry Pi Trading, ha reconocido que la decisión de subir precios es difícil pero necesaria en el contexto actual del mercado de memorias. En sus declaraciones insiste en que la misión de la plataforma sigue siendo ofrecer equipos de alto rendimiento a bajo coste, algo que ha caracterizado al proyecto desde sus inicios.
La compañía subraya que estos ajustes deben entenderse como medidas temporales y que su objetivo es revertir las subidas cuando los costes de fabricación se normalicen. De hecho, el mensaje oficial apunta a que, una vez que la presión sobre la producción de memoria se relaje, la intención es reducir de nuevo los precios de lista de las Raspberry Pi 4 y 5 afectadas.
La experiencia en el sector tecnológico, sin embargo, invita a cierta prudencia: en muchos casos, cuando un producto sube de precio, no siempre vuelve al nivel anterior, sobre todo si el mercado se adapta poco a poco a las nuevas referencias. Aun así, Raspberry Pi mantiene un discurso de contención de costes, consciente de que buena parte de su comunidad está formada por estudiantes, docentes, aficionados y pequeñas empresas con presupuestos ajustados.
El lanzamiento de un modelo tan contenido como la Raspberry Pi 5 de 1 GB encaja en esta estrategia de intentar ofrecer al menos una puerta de entrada relativamente asequible a la última generación de hardware, pese al panorama poco favorable para la memoria. En España y Europa, donde la comunidad de usuarios de Raspberry Pi es amplia y muy activa, este equilibrio entre precio y prestaciones será clave para que la placa siga siendo una referencia en proyectos educativos, maker e IoT.
A día de hoy, la fotografía del catálogo queda así: un nuevo modelo de acceso con 1 GB que se estrena a 45 dólares, una subida generalizada de entre 5 y 25 dólares en las variantes de 2 a 16 GB de las series 4 y 5, y la promesa de revisar la política de precios cuando la memoria deje de ser un recurso tan caro. Quien necesite más RAM tendrá que asumir el sobrecoste; quien pueda adaptarse a 1 GB encuentra en esta versión una opción más modesta, pero alineada con la filosofía de seguir acercando la informática de propósito general a presupuestos más contenidos.


