Con el foco en la prevención de riesgos, cuatro de cada diez pymes en España ya han incorporado robótica colaborativa para aliviar la carga física, mejorar la ergonomía y reducir incidentes en tareas repetitivas. El dato procede del informe “Proyecto sobre el estado actual de la robótica colaborativa en pymes”, elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) y presentado en una jornada técnica dedicada a la digitalización aplicada a la seguridad laboral.
La presentación se celebró bajo el lema “A la vanguardia de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la transformación digital como aliada”, dentro de la campaña europea “Trabajos seguros y saludables en la era digital”. En el encuentro, profesionales, empresas y representantes institucionales analizaron los retos y oportunidades que trae el despliegue tecnológico en prevención y salud en el trabajo.
Claves del informe del INSST
El estudio subraya que, para que los cobots realmente contribuyan a reducir riesgos, hay que incorporar medidas preventivas desde el diseño del sistema: validar límites de velocidad y fuerza, definir distancias seguras, elegir sensores adecuados y prever paradas y resguardos que garanticen la protección de las personas trabajadoras.
La implantación no es trivial: el 80% de las pymes necesitó apoyo externo, y el 33,87% desconoce la figura del integrador, profesional que ensambla la célula colaborativa, configura la aplicación y los sistemas embebidos, y realiza la instalación. El INSST recuerda que esta figura resulta esencial para identificar peligros y fijar controles eficaces.
Entre las funciones habituales del integrador están evaluar riesgos y establecer límites seguros (modos de funcionamiento, zonas de acceso, paradas de emergencia), además de coordinarse con prevención, producción y mantenimiento para armonizar la seguridad con la eficiencia de los procesos.
Más allá de la productividad, la motivación destacada en muchas pymes es mejorar la ergonomía y reducir sobreesfuerzos. Los cobots permiten asumir operaciones monótonas o de precisión, liberando a la plantilla de tareas de mayor carga física y minimizando movimientos repetitivos de riesgo.
Digitalización y ejemplos en sectores clave

Durante la inauguración, Aitana Garí, directora del INSST, señaló que casi tres de cada cuatro pymes operan aún con un nivel básico de intensidad digital, y llamó a redoblar la formación y la capacitación técnica para que la adopción de cobots y otras tecnologías se traduzca en mejoras reales y sostenibles en seguridad y empleo.
El contexto europeo muestra una foto dinámica en el sector primario: distintos estudios de la Comisión Europea y del Observatorio de la Digitalización del Sector Agroalimentario sitúan a España entre los países que más avanzan. El 32% de las explotaciones agrícolas ha invertido en digitalización (frente al 20% de media en la UE). Además, en la Unión, el 93% del personal del campo usa al menos una herramienta de software, el 79% alguna tecnología específica de cultivos y el 83% alguna para el ganado.
La jornada del INSST se enmarca en la campaña de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA). Con un enfoque práctico, los asistentes pudieron probar herramientas de realidad virtual y aumentada en un espacio inmersivo que recreaba situaciones de trabajo, facilitando la formación segura y la evaluación de riesgos.
Se presentaron también experiencias reconocidas con los Galardones Europeos a las Buenas Prácticas. Entre ellas, Jacar Montajes, S.L. detalló su integración de sistemas para detectar temperatura corporal elevada y prevenir golpes de calor en la construcción; Gonvauto Iberia expuso su gestión digital de la seguridad en la automoción; y se compartieron iniciativas de Obras y Servicios TEX, S.L. y de la mutua Asepeyo en prevención.
El programa incluyó una mesa de diálogo con CCOO, UGT, CEOE y Cepyme sobre la evolución de la transformación digital y su impacto en la cultura preventiva, con énfasis en la necesidad de acompañar la tecnología con evaluación de riesgos, formación y participación de la plantilla.
Con este panorama, la robótica colaborativa se asienta como palanca de mejora en seguridad y salud, y también en eficiencia operativa. Los datos del INSST, el 40% de adopción entre pymes y el empuje digital en sectores como el agroalimentario apuntan a un despliegue creciente, en el que la figura del integrador y la capacitación serán determinantes para implantar cobots con garantías.
