Uno de los países que más está invirtiendo en el desarrollo de la tecnología de impresión 3D con fines médicos es Australia. Prueba de lo que digo la tienes en el reciente anuncio que acaban de hacer desde la Universidad de Tecnología de Queensland (Brisbane) donde literalmente se han hecho cargo de la construcción de un espacio dedicado a la ‘biofabricación‘ dentro del hospital de su propia ciudad.
Este nuevo espacio podrá ser utilizado por todo tipo de médicos e investigadores que estén interesados en desarrollar tecnología para modelar e imprimir cartílagos, huesos u otro tipo de tejidos humanos. Como detalle, comentarte que en esta ocasión ni mucho menos hablamos de un pequeño recinto donde iniciarse en la materia, sino que este nuevo espacio está previsto que ocupe dos plantas del hospital a la vez que estará dotado de la tecnología más avanzada en fabricación de tejidos.
Australia quiere posicionarse como referente en el desarrollo de la impresión 3D de tejidos humanos.
De momento, tal y como aseguran los responsables de este proyecto, es demasiado pronto para poder producir tejidos humanos en 3D aunque en la Universidad de Tecnología de Queensland quieren posicionarse como un claro referente en el estudio y desarrollo de las tecnologías con las que se crearán máquinas en el futuro capaces de crear, en un principio, cartílagos y huesos, para posteriormente, ser incluso capaces de fabricar órganos más complejos.
Según ha comentado Mia Woodruff, profesor asociado de la Universidad:
Muchos de los implantes que estamos desarrollando, los podemos implantar en un paciente y a medida que le tejido crece de nuevo, no es rechazado, el andamio se reabsorberá con el tiempo y el tejido crecerá aún más y, finalmente, el implante habrá desaparecido.
No siempre tenemos que usar implantes metálicos, podemos desarrollar materiales compuestos de alta especificación que se disuelven a medida que el tejido se cura.
No vamos a ser capaces de imprimir en 3D un órgano mañana, pero lo que podemos hacer es reunir a los investigadores, los médicos, los pacientes, los ingenieros, el intelecto y los socios de la industria para poder desarrollar nuevas tecnologías al nivel que se puedan traducir a la clínica.
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