Samsung y la nueva generación de sensores de cámara con obturador global

  • Samsung prepara un sensor híbrido de 12 MP que emula un obturador global manteniendo base de rolling shutter.
  • La clave está en píxeles de 1,5 µm en matriz 2×2 con convertidor analógico-digital integrado compartido.
  • El sistema reduce de forma notable el efecto gelatina y el desenfoque de movimiento en foto y vídeo.
  • Su debut se prevé en cámaras secundarias de futuros Galaxy S de gama alta, con impacto directo en Europa.

Sensor de cámara con obturador global para smartphones

La carrera por mejorar la fotografía en movimiento en los móviles se ha puesto especialmente interesante. Samsung está ultimando un nuevo sensor de imagen para smartphones que busca llevar a los teléfonos algo muy parecido a un obturador global, una tecnología hasta ahora reservada casi en exclusiva a cámaras profesionales y a usos industriales.

Según distintas filtraciones y reportes desde Corea del Sur, la compañía trabaja en un sensor híbrido capaz de combinar la eficiencia de los sensores de tipo rolling shutter (persiana enrollable) con muchas de las ventajas prácticas de un auténtico obturador global, reduciendo de forma drástica las distorsiones típicas cuando hay movimiento rápido en la escena.

Qué problema quiere resolver el obturador global en el móvil

En la mayoría de smartphones actuales, incluidos los modelos de gama alta que se venden en España y el resto de Europa, el sensor funciona con un obturador electrónico de tipo rolling shutter. Eso significa que la cámara lee la imagen línea a línea, de arriba abajo (o al revés), en un intervalo de tiempo muy pequeño, pero no instantáneo.

Ese retardo mínimo entre la primera y la última línea provoca que, cuando algo se mueve deprisa —un coche pasando, un jugador de fútbol en carrera o un niño corriendo en el parque—, cada fila de píxeles capture un instante ligeramente distinto. El resultado es el famoso “efecto gelatina”: objetos inclinados, líneas rectas que aparecen torcidas y un desenfoque de movimiento poco natural.

El obturador global, en cambio, expone todos los píxeles al mismo tiempo. La escena se “congela” en un único instante, de modo que desaparecen esas deformaciones geométricas y se reduce mucho el arrastre de movimiento. El problema es que, al capturar todo de golpe, el volumen de datos a manejar es enorme y se necesitan píxeles más grandes y circuitería más compleja, lo que hasta ahora limitaba su uso a resoluciones bajas y sensores más voluminosos.

Por ese motivo, integrar un obturador global puro en un móvil delgado, con resoluciones competitivas y un consumo energético razonable, ha sido siempre un desafío. Samsung intenta ahora un enfoque intermedio que mantenga la resolución útil en un teléfono y, al mismo tiempo, minimice los efectos indeseados del rolling shutter.

Arquitectura híbrida de sensor de cámara con obturador global

El nuevo sensor híbrido de Samsung: rolling por dentro, global hacia fuera

Las filtraciones apuntan a que Samsung ha desarrollado un sensor de 12 megapíxeles con píxeles de 1,5 micrómetros dispuestos en bloques de 2×2. La gracia no está solo en el tamaño, sino en cómo se organizan y se leen esos píxeles para comportarse, de cara al usuario, casi como un obturador global.

En esa estructura, cuatro píxeles comparten un mismo convertidor analógico-digital (ADC). Normalmente, este ADC se sitúa fuera del área de píxeles y se encarga de transformar la señal analógica capturada por el sensor en datos digitales procesables. Aquí, en cambio, se integra directamente a nivel de píxel, dentro de cada agrupación 2×2.

Esta integración permite que el sensor pueda leer datos con mucha mayor rapidez sin que el chip crezca de forma desproporcionada. Cada “paquete” de 2×2 funciona internamente de forma secuencial, como un pequeño rolling shutter, pero el conjunto de todos los bloques se sincroniza para que, en la práctica, el sensor se comporte de manera muy similar a un global shutter a escala de fotograma completo.

El resultado, según fuentes de la compañía y de la industria, es una especie de obturador global de nivel práctico: no llega a ser perfecto desde el punto de vista teórico, porque sigue existiendo una pequeña secuencia dentro de cada grupo, pero las diferencias temporales son tan reducidas que, en el uso real, la distorsión se vuelve mínima.

Para rematar este enfoque híbrido, Samsung apoyará el nuevo hardware en algoritmos de corrección de movimiento, que usan información de brillo y cambios de intensidad entre píxeles para compensar las pequeñas discrepancias que todavía se producen en esos bloques 2×2.

Arquitectura de píxeles: 1,5 µm, bloques 2×2 y ADC integrado

La pieza central de la propuesta es la nueva estructura de píxeles de 1,5 µm, pensada para mantener un equilibrio razonable entre sensibilidad a la luz, tamaño físico del sensor y capacidad de procesamiento. Al agrupar los píxeles en estructuras 2×2, Samsung consigue que un solo ADC atienda a cuatro píxeles, reduciendo la complejidad del diseño frente a un conversor por píxel.

Este planteamiento facilita que el sensor siga siendo compatible con los módulos de cámara típicos de un smartphone, sin obligar a aumentar en exceso el espesor del dispositivo ni el tamaño del conjunto óptico. A diferencia de un global shutter puro, que suele exigir píxeles bastante más grandes, aquí se aprovecha la base de rolling shutter ya existente y se refuerza con electrónica adicional.

Al estar el convertidor embebido en la propia matriz de píxeles, los tiempos de conversión de la señal analógica se reducen de forma notable. Eso se traduce, en teoría, en capturas más rápidas, menos lag de obturación y una menor ventana de tiempo en la que las líneas del sensor se exponen de manera diferente.

Las pruebas internas de la compañía habrían mostrado una reducción significativa de las distorsiones de movimiento frente a sensores rolling convencionales, con cifras que algunos reportes sitúan en torno a un 30% menos de artefactos en escenas con desplazamientos rápidos.

Detalle técnico de sensor de cámara con obturador global

Corrección por software: flujo óptico y compensación de movimiento

Aunque la arquitectura híbrida reduzca de por sí el problema, Samsung no se apoya solo en el hardware. La compañía complementa el diseño del sensor con algoritmos de flujo óptico que analizan cómo cambian la luminosidad y la posición aparente de los píxeles entre fotogramas o durante la lectura.

Cuando el sistema detecta variaciones de brillo que corresponden a un movimiento de la cámara o del sujeto, aplica una corrección matemática para ajustar ligeramente la geometría de la imagen y neutralizar las distorsiones residuales del rolling interno de esos paquetes 2×2.

En la práctica, esa combinación de hardware y software logra imágenes que se acercan mucho a lo que ofrecería un obturador global tradicional: líneas rectas más estables, menos inclinación de objetos y un vídeo de acción sin tanto “efecto gelatina”. Esto resulta especialmente relevante en grabaciones deportivas, conciertos o escenas urbanas rápidas, donde el teléfono se mueve continuamente.

Los algoritmos también se integrarán, según apuntan los reportes, con las soluciones de inteligencia artificial de la plataforma Galaxy. De este modo, el sistema podría decidir en tiempo real cuándo conviene activar un modo de lectura más cercano al global shutter y cuándo basta con un funcionamiento estándar para ahorrar energía.

Resolución y uso previsto: 12 MP para cámaras secundarias

Otra pieza importante del puzzle es la resolución. Todas las filtraciones coinciden en que este primer sensor con comportamiento de obturador global se quedará en torno a los 12 megapíxeles. Esto encaja mal con las cifras de los sensores principales de los buques insignia actuales, que en muchos casos se mueven entre los 50 y los 200 MP.

Por ese motivo, todo apunta a que el nuevo componente se utilizará inicialmente en cámaras auxiliares: lentes ultra gran angular o teleobjetivos, donde la necesidad de congelar el movimiento es especialmente crítica y la resolución de 12 MP sigue siendo muy aprovechable para foto y vídeo.

En esas ópticas secundarias, el usuario suele buscar estabilidad al hacer zoom, capturar deportes, animales o escenas callejeras con mucho dinamismo. Reducir el efecto gelatina y el arrastre puede suponer un salto más visible que sumar megapíxeles que luego se acaban comprimiendo para redes sociales.

En el caso concreto del mercado europeo, donde los Galaxy de gama alta tienen una fuerte presencia y compiten de tú a tú con iPhone y Pixel, disponer de una cámara secundaria especializada en captura limpia de movimiento podría convertirse en un argumento de venta clave frente a otros fabricantes.

Posible integración en las próximas series Galaxy S

Aunque no hay confirmación oficial de modelos concretos, diferentes medios coreanos y filtradores coinciden en que Samsung planea introducir este sensor en futuros Galaxy S de gama alta. Se ha hablado de la serie Galaxy S26 y de la S27 como candidatas para estrenar esta tecnología.

En los documentos internos y reportes filtrados se menciona que el sensor de 12 MP se orientaría a una telefoto o a la lente ultra gran angular, acompañando a un sensor principal de muy alta resolución que seguiría usando rolling shutter tradicional, apoyado en mejoras de software.

También se ha señalado que Samsung pretende presentar públicamente parte de esta arquitectura en la ISSCC 2026, una de las conferencias internacionales más importantes en el ámbito de los circuitos de semiconductores. Esa presentación serviría como escaparate técnico y como paso previo a la llegada comercial en dispositivos de consumo.

De fondo, la compañía busca reforzar su posición en el segmento premium, un mercado cada vez más exigente en Europa, donde la calidad de cámara es uno de los factores de compra más determinantes y donde rivales como Apple y Google presionan especialmente en fotografía computacional.

Impacto en el día a día: deportes, vídeo y escenas familiares

Más allá de los detalles de ingeniería, la gran pregunta es qué supone esto para el usuario de a pie. La respuesta pasa por tres escenarios clave: fotografía de acción, vídeo y escenas cotidianas con mucho movimiento.

En fotografía, el nuevo sensor debería permitir obtener imágenes más nítidas de sujetos en movimiento sin necesidad de recurrir a tiempos de exposición excesivamente cortos que obliguen a subir mucho la sensibilidad ISO y generen más ruido. Esto puede marcar diferencia en fotos de interiores, pabellones deportivos o conciertos.

En vídeo, la disminución del efecto gelatina se traduce en planos más estables cuando se hace paneo (se gira la cámara de lado a lado) o cuando se graba desde vehículos, bicicletas o a pie. Las líneas verticales de edificios, farolas o postes deberían verse menos dobladas, algo que salta rápidamente a la vista en grabaciones urbanas.

En el terreno más cotidiano, esta tecnología puede ayudar a capturar mejor niños corriendo, mascotas, tráfico o actividades al aire libre, situaciones donde muchos usuarios notan que las fotos salen movidas o con formas extrañas, incluso usando móviles de gama alta actuales.

Para el mercado europeo, muy aficionado a compartir contenido en redes sociales y aplicaciones de mensajería, disponer de un móvil que gestione mejor el movimiento sin tener que recurrir a modos especiales o trípodes puede convertirse en un valor añadido que pese en la decisión de compra.

Un movimiento en un mercado muy competitivo

El desarrollo de este sensor con comportamiento de obturador global no se produce en el vacío. Diversos informes apuntan a que Apple también está investigando soluciones similares para futuros iPhone, e incluso cuenta con patentes relacionadas con la integración de obturadores globales en sensores CMOS de próxima generación.

En paralelo, se habla de colaboraciones técnicas entre grandes actores del sector —incluida la propia Samsung y otros proveedores de sensores— para explorar arquitecturas como plataformas CMOS avanzadas que puedan dar cabida a este tipo de innovaciones. La idea es ir más allá de los clásicos aumentos de resolución y focalizar los esfuerzos en rango dinámico, captura de movimiento y eficiencia.

En este contexto, el sensor híbrido de 12 MP de Samsung podría ser solo el primer paso de una familia de sensores con obturador global o cuasi global orientados al móvil. Con el tiempo, la compañía podría ir aumentando la resolución o ampliando esta tecnología a la cámara principal, siempre que consiga mantener a raya el tamaño físico y el consumo.

Sea cual sea el calendario exacto, todo apunta a que la próxima gran batalla en la gama alta no vendrá tanto por el número de megapíxeles como por la capacidad de capturar escenas complicadas sin distorsiones ni retrasos. En ese terreno, el nuevo sensor de Samsung puede situar a la marca en una posición ventajosa, especialmente en mercados como el europeo, donde la cámara sigue siendo uno de los grandes argumentos a la hora de cambiar de móvil.

Con este proyecto, Samsung intenta dar un salto cualitativo en la forma en que los smartphones gestionan el movimiento: un sensor de cámara con obturador global a nivel práctico, basado en hardware híbrido y potentes algoritmos, que promete reducir de forma notable el efecto gelatina y el desenfoque, empezando por las cámaras secundarias de sus futuros buques insignia y con un impacto directo en la experiencia de foto y vídeo de los usuarios en España y en el resto de Europa.

Sony presenta su primer sensor de 200 MP
Artículo relacionado:
Sony se suma a los 200 MP en móviles con el nuevo sensor LYTIA‑901