Imagina tener tu Raspberry Pi a un clic, desde cualquier parte y solo con un navegador, sin quebraderos de cabeza con puertos ni configuraciones raras: eso es exactamente lo que ofrece Raspberry Pi Connect. La idea es simple pero potente: abrir una sesión de terminal o de escritorio de tu Pi desde la web con una conexión segura punto a punto.
Antes, las alternativas típicas eran SSH, VNC o TeamViewer, cada una con matices y limitaciones (red local, configuraciones complejas, licencias, etc.). Con la propuesta oficial de Raspberry Pi, se reduce la fricción: instalas el paquete, vinculas tu equipo con tu cuenta y entras por el navegador. A continuación encontrarás una guía completa con requisitos, instalación, vinculación, formas de conexión y opciones clave.
Qué es Raspberry Pi Connect
Raspberry Pi Connect es un cliente oficial de acceso remoto que funciona sobre WebRTC, la misma tecnología usada en muchas apps de videollamadas, para establecer enlaces cifrados de punto a punto entre tu Raspberry Pi y tu navegador. Cuando la latencia o la ruta directa no son viables, el tráfico puede encaminarse por servidores de Raspberry en Reino Unido, manteniendo el cifrado y tu cuenta como identidad.
La herramienta está en fase beta, es gratuita según la intención de la Fundación, y su objetivo es reemplazar configuraciones tediosas de terceros con una solución simple: acceder al escritorio o a una shell desde connect.raspberrypi.com. En pruebas reales, la sensación de fluidez en el escritorio remoto es muy buena —algunos usuarios la perciben incluso más ágil que VNC—, y el shell remoto responde con solvencia.
Como cliente oficial, se integra con Raspberry Pi OS y añade un icono en la barra de tareas en el caso de la edición con escritorio. Desde la cuenta web, verás todos tus equipos asociados y podrás iniciar sesiones con un par de clics, sin tener que recordar IPs públicas ni tocar el router.
Hay matices importantes de compatibilidad que conviene tener claros: para la parte de escritorio remoto, el sistema usa el compositor Wayland; además, distintas guías señalan requisitos que varían entre funciones de shell y escritorio, como veremos más adelante. En una referencia previa se mencionaba la versión v1.2 del software en el momento de la redacción, así que es de esperar que lleguen mejoras con frecuencia.
Requisitos y compatibilidad
Para la función de Escritorio remoto (Screen Sharing), diversas fuentes indican que actualmente está pensada para Raspberry Pi 5, Raspberry Pi 4 y Raspberry Pi 400, con Raspberry Pi OS Bookworm de 64 bits. Esta limitación viene de la pila gráfica y el uso de Wayland, además de la propia madurez de la beta.
Respecto al Shell remoto, hay guías que señalan compatibilidad amplia, incluso en modelos antiguos (hasta una Raspberry Pi 1) y con versiones anteriores del sistema, llegando a mencionar que funciona también en Buster y ediciones Lite. En la práctica, para disponer de la mejor experiencia y soporte oficial, resulta recomendable partir de Raspberry Pi OS 12 (Bookworm) actualizado.
En equipos modernos con el sistema al día, encontrarás con frecuencia rpi-connect preinstalado. Si no aparece, puedes instalarlo con apt, y en sistemas sin entorno gráfico utilizar su variante ligera. Esta dualidad de paquetes permite adaptarse tanto a instalaciones con escritorio como a las headless.
Más allá del hardware y el sistema, necesitarás una cuenta Raspberry Pi ID. Es la “llave” que autoriza la vinculación entre tu dispositivo y el panel web, y te permitirá ver y gestionar todos tus equipos con una sola identidad.
Instalación del software: Desktop vs Lite
Existen dos paquetes: rpi-connect para sistemas con escritorio, y rpi-connect-lite para instalaciones Lite sin entorno gráfico. En ambos casos, lo ideal es actualizar primero el sistema y después instalar el paquete correspondiente.
Instalación en Raspberry Pi OS con escritorio (cuando no viene preinstalado): actualiza, instala y reinicia. Como pista visual, tras el reinicio verás un icono redondo con dos puntos en la parte superior del escritorio, señal de que el servicio se ha activado correctamente.
Si trabajas con Raspberry Pi OS Lite, el proceso es similar, pero instalando la variante “lite”, que ofrece el acceso de shell remoto sin la parte gráfica. Puedes operar por SSH o con teclado/monitor conectados y lanzar la instalación sin complicaciones.
Comandos de ejemplo (adaptando el paquete según tu caso): apt update, apt upgrade, apt install y reboot. Es un flujo estándar que asegura que las dependencias estén en orden y que el servicio quede registrado y habilitado.
Cuando la beta avance, es probable que haya actualizaciones frecuentes. Puedes mantener al día solo el paquete de Connect con una instalación de “only-upgrade”, minimizando cambios en otros componentes del sistema.
Crear y asegurar tu Raspberry Pi ID
Para usar Connect necesitas una cuenta oficial. El alta es rápida: vas a la web de identidad, introduces tu correo, defines contraseña y verificas mediante el enlace que te mandan por email. Tras iniciar sesión por primera vez, ya estarás listo para vincular dispositivos.
Es muy recomendable activar la autenticación en dos pasos (2FA), ya que esta cuenta controla el acceso remoto a tus equipos. Con una app como Google Authenticator o Authy escaneas un código y añades una capa extra de protección en segundos.
Una vez dentro, el panel de cuenta te permitirá ver tus dispositivos asociados. Desde ahí podrás iniciar sesiones, cambiar nombres y eliminar equipos cuando ya no los utilices o quieras retirar su acceso.
Si nunca has usado servicios similares, piensa en la cuenta como el “control central”: sin ella no hay conexión. De esta forma, aunque alguien descubriera tu IP o tu nombre de host, no podría iniciar sesión en tu Connect si no controla tus credenciales.
Vincular tu Raspberry Pi con la cuenta
Una vez instalado el paquete en la Pi y creada tu identidad, toca enlazar el dispositivo con tu cuenta. Puedes hacerlo desde la interfaz gráfica (si tienes escritorio) o desde la línea de comandos.
Opción gráfica (escritorio): busca el icono de Raspberry Pi Connect en la bandeja superior. Al pulsarlo, elige “Sign in” y se abrirá el navegador para autenticarte con tu Raspberry Pi ID. El asistente te pedirá que pongas un nombre al equipo (por ejemplo, “Pi-Servidor-Casa”) y confirmes. Hecho esto, el vínculo queda establecido.
Opción por terminal (escritorio o Lite): en una consola, ejecuta rpi-connect signin. El sistema te mostrará una URL única; cópiala en un navegador de cualquier dispositivo, inicia sesión con tu cuenta, asigna un nombre a la Pi y termina el proceso. La terminal indicará que la vinculación ha tenido éxito.
Ambas rutas conducen al mismo resultado: tu Pi aparecerá en la página de Connect como un dispositivo disponible, con sus opciones de conexión visibles en función de su versión de sistema y capacidades.
Pequeño apunte práctico: el servicio puede arrancar con el sistema y, si lo prefieres, pausarse o desactivarse. Esto es útil si solo quieres exponer el acceso puntualmente o si administras equipos que no deben estar accesibles todo el tiempo.
Cómo conectarte desde el navegador
Con la Pi vinculada, abre connect.raspberrypi.com e inicia sesión con tu Raspberry Pi ID. Verás un listado de dispositivos y, en cada uno, un botón para “Connect”. Al pulsarlo, el sistema te ofrecerá las modalidades disponibles para ese equipo.
En general aparecen dos opciones: Remote Shell (shell en el navegador) y Screen Sharing (escritorio remoto). Recuerda que la segunda depende de Wayland y está limitada a Pi 5, Pi 4 y Pi 400 con Bookworm de 64 bits, mientras que el shell remoto tiene un alcance más amplio y puede funcionar en placas y sistemas más antiguos.
La conexión se establece en segundos. Si hay una ruta directa viable, WebRTC monta un túnel peer‑to‑peer; si no, se apoya en servidores de retransmisión, sin renunciar al cifrado de la sesión. A efectos prácticos, tú solo ves una ventana nueva con tu terminal o tu escritorio.
Si trabajas desde móvil o tablet, la interfaz del escritorio remoto incluye controles pensados para pantallas táctiles, como teclas especiales accesibles desde una barra inferior. En equipos de sobremesa disfrutarás de teclado y ratón completos sin mayor historia.
Uso del Shell remoto
El shell remoto es la opción más universal y ligera: abre una consola de la Pi directamente en tu navegador. Resulta ideal para actualizaciones, cambios de configuración, instalar paquetes o ejecutar scripts rápidos.
Para lanzarlo, selecciona el dispositivo y pulsa Connect via → Remote Shell. Tras un breve establecimiento del canal, verás el prompt y podrás trabajar como si estuvieras por SSH, pero sin tener que exponer puertos ni conocer la IP pública.
Según algunas guías, esta modalidad funciona incluso en modelos veteranos como Raspberry Pi 1 y en sistemas anteriores (se mencionaba compatibilidad hasta Buster). Si administras varias placas de distintas generaciones, el shell puede convertirse en tu caja de herramientas cotidiana.
Para instalaciones de servidor o equipos headless, considera habilitar que el servicio esté disponible incluso sin sesión de usuario iniciada en el arranque. Con una orden sencilla tendrás Connect siempre a mano, sin depender del login gráfico.
Uso del Escritorio remoto (Screen Sharing)
La función de Screen Sharing te da el escritorio completo de la Pi en el navegador. Está pensada para los equipos soportados por la pila Wayland actual (Pi 5, Pi 4 y Pi 400 con Bookworm 64‑bit) y ofrece una experiencia ágil y fluida.
Para activarlo, desde el listado de dispositivos elige Connect via → Screen Sharing. Se abrirá una ventana con el escritorio de tu Pi; arriba verás una barra superior con un botón para desconectar, un icono de candado que indica la seguridad de la conexión y un acceso al portapapeles para copiar y pegar entre dispositivos.
En la parte inferior aparece otra barra con teclas rápidas útiles en móviles o tablets (por ejemplo, teclas de función o especiales). Esta capa de controles facilita trabajar cuando no tienes un teclado físico a mano y mejora la usabilidad en pantallas pequeñas.
En la beta actual hay alguna limitación: de momento, no es posible compartir varias pantallas a la vez. Si usas múltiples monitores con tu Pi, verás una sola salida. Es razonable esperar que versiones futuras amplíen estas capacidades.
En comparación con VNC, la conexión por WebRTC es muy directa y, en muchos casos, se nota más ágil. Además, al gestionarse todo desde tu Raspberry Pi ID, ahorras la parte de DDNS, puertos o servicios intermedios que puedan quedar desactualizados.
Pasos y comandos útiles
Instalar Connect en una Pi con escritorio (si no está ya): actualiza, instala y reinicia con los comandos habituales. En la bandeja superior verás el icono redondo con dos puntos al volver al escritorio.
Comandos para Desktop sudo apt update
sudo apt upgrade -y
sudo apt install rpi-connect
sudo reboot
Comandos para Lite sudo apt update
sudo apt upgrade -y
sudo apt install rpi-connect-lite
sudo reboot
Vincular desde terminal en cualquier edición: ejecuta el signin, abre la URL que se imprime y completa el proceso en el navegador con tu cuenta de Raspberry Pi.
Comando de inicio de sesión rpi-connect signin
Gestión desde la cuenta web
En el panel online verás todos tus equipos y qué tipo de conectividad ofrece cada uno (shell, escritorio o ambos). Esto te ayuda a identificar de un vistazo qué opciones están disponibles según el modelo y el sistema operativo.
Además, puedes cambiar el nombre del dispositivo para reconocerlo mejor —muy útil si administras varias placas—. Solo entra en el equipo y edita el campo de nombre para actualizarlo.
Si ya no necesitas un dispositivo, tienes la opción de eliminarlo desde la misma interfaz web. Así limpias tu inventario y evitas accesos innecesarios a equipos que ya no están en uso.
En el futuro, cabe esperar más acciones de gestión (agregar dispositivos desde la web, opciones extra de personalización), pero ahora mismo ya cubre lo esencial para mantener tu parque de Pis organizado.
Consejos de seguridad y mantenimiento
Activa 2FA en tu Raspberry Pi ID. Es una capa de seguridad crítica, especialmente porque tu cuenta gobierna los accesos remotos. Configurarla lleva un minuto y merece la pena con creces.
Si usas Raspberry Pi OS Lite o no hay login automático, habilita el linger para que Connect esté disponible tras el arranque aunque ningún usuario haya iniciado sesión. Es un ajuste que se hace una vez y te evita sorpresas.
loginctl enable-linger
Mantén el paquete actualizado con una instalación selectiva: puedes actualizar solo Connect y su variante Lite para no tocar el resto del sistema cada vez. Esto equilibra seguridad, estabilidad y comodidad.
sudo apt update
sudo apt install --only-upgrade rpi-connect
Al estar en beta, revisa de vez en cuando los comunicados y la documentación oficial. Si aparece una versión estable, es probable que llegue con mejoras de rendimiento, compatibilidad ampliada y nuevas opciones de administración.
Alternativas y consideraciones
Si necesitas acceso puntual al terminal en red local, SSH sigue siendo imbatible por ligereza. Para escritorio clásico, VNC funciona bien, aunque la configuración puede ser algo más prolija y depender de servicios de terceros.
Herramientas como TeamViewer o similares son válidas, pero en muchos casos son soluciones comerciales con licencias o restricciones. Si prefieres mantenerte en el ecosistema oficial, Connect simplifica bastante la vida.
Para proyectos donde la seguridad y el control absoluto del canal sean la prioridad, puedes montar un servidor VPN (OpenVPN o WireGuard), y después entrar por SSH o VNC como si estuvieras en LAN. Es un enfoque más técnico, pero con un grado de protección y autonomía muy alto.
Sea cual sea tu elección, recuerda que Connect elimina la mayor barrera de entrada: no tocar el router ni abrir puertos. En muchos escenarios, ese detalle basta para que la administración remota deje de ser un dolor de cabeza y se convierta en una tarea rutinaria.
Ya tienes el mapa completo para poner en marcha Raspberry Pi Connect: desde requisitos y matices de compatibilidad hasta la instalación, vinculación y uso diario tanto en shell como en escritorio, además de las opciones de gestión y los consejos clave de seguridad; una solución oficial, sencilla y con un rendimiento sorprendente que te permite controlar tu Pi desde cualquier lugar con un par de clics.