La presentación del Idol terminó con un momento inesperado: el prototipo, llamado AIdol, se desplomó nada más salir al escenario en un evento tecnológico en Moscú. La escena, que circuló rápidamente por redes sociales, dejó en evidencia los retos pendientes de este tipo de máquinas.
Tras la caída, el personal del evento intentó retirar el robot con rapidez y cubrir la situación con un telón negro, pero el intento resultó torpe y llamó más la atención. Idol achacó el incidente a ajustes de calibración y a la iluminación, recordando que el humanoide sigue en fase de pruebas.
Qué pasó en el escenario
El debut de AIdol tuvo lugar en el Centro de Congresos Yarovit Hall ante decenas de asistentes y medios. Con la conocida música de Rocky de fondo, el robot dio unos pasos vacilantes, saludó y, acto seguido, perdió el equilibrio hasta impactar contra el suelo.
Las imágenes muestran cómo el equipo intentó ocultar la escena desplegando una cortina, mientras arrastraban el humanoide fuera del escenario. En una segunda aparición, el robot se mostró sujeto por un sistema de soporte mediante cable, con piezas todavía esparcidas en el suelo.
En paralelo, la organización exhibió otro AIdol estático sin extremidades y sobre un pedestal, accesible al público para interactuar y fotografiarse. El contraste entre la demostración dinámica y esta versión expositiva reforzó la sensación de proyecto aún inmaduro.
Qué promete AIdol según sus creadores
La empresa Idol asegura que su humanoide puede caminar, manipular objetos y comunicarse, apoyándose en modelos de lenguaje que funcionan sin conexión a Internet. El diseño combina 19 servomotores con piel sintética de silicona, capaz de reproducir una docena larga de emociones básicas y cientos de microexpresiones faciales; también integra 7 micrófonos, altavoz, cámaras y sensores inerciales como giroscopio para percibir el entorno.
En el apartado de energía, fuentes de la compañía hablan de una batería de 48 V que permitiría hasta seis horas de autonomía. Se ha citado una velocidad de desplazamiento de 6 km/h y un porcentaje de componentes nacionales del 77% (con objetivo de 93%), cifras que la firma quiere consolidar conforme avance el desarrollo.
Reacciones y comparativas internacionales
El tropiezo no tardó en convertirse en tendencia, con bromas en redes del tipo “powered by vodka” o que el robot “aprendió a caminar de los alcohólicos”. También hubo voces que recordaron que hacer caminar a un humanoide es una de las tareas más complejas en robótica, y que los fallos tempranos son habituales en este campo.
El episodio reavivó la memoria de un caso notorio de 2018 en Rusia, cuando un supuesto robot televisivo resultó ser un disfraz con una persona dentro. Aunque ahora sí hablamos de un prototipo real, la comparación ilustra el escrutinio al que se somete cualquier avance en robótica humanoide en el país.
El evento formó parte de la New Technology Coalition, junto a empresas como Promobot, Double U Expo o Robot Corporation. La ambición de Rusia por competir con China y Estados Unidos choca con el listón actual: países líderes ya presumen de humanoides bípedos comerciales y de expresiones faciales muy realistas, en un mercado que movilizó miles de millones en inversión reciente.
Lectura europea y próximos pasos
En Europa se sigue con interés el progreso de estos sistemas, con actores como 1X Technologies (NEO) en Noruega explorando aplicaciones en entornos reales. La caída de AIdol no invalida la línea técnica, pero muestra lo difícil que es integrar equilibrio, percepción y actuación en un cuerpo bípedo.
Idol ha retirado temporalmente el prototipo para revisar algoritmos de equilibrio, calibración y control. El objetivo declarado es retomar pruebas controladas, estabilizar la marcha y validar la interacción persona-máquina antes de repetir una demostración pública.
La presentación de Moscú deja una fotografía clara: el proyecto AIdol aún está verde, pero el fabricante ha puesto sobre la mesa especificaciones ambiciosas y un plan de mejora. Entre el revuelo en redes y la competición global, el siguiente movimiento será demostrar, con menos focos y más datos, que el humanoide puede caminar, interactuar y operar con fiabilidad.
