La fuente ATX se ha transformado en un estándar en el mundo del PC, un tipo de fuente de alimentación compatible con la mayoría de las placas base que se fabrican en la actualidad y con algunas variantes modernas que han llegado para poder alimentar a ciertos sistemas de procesamiento más potentes que demandan mayor energía.
Si estás pensando en comprar una de estos modelos de fuente ATX, seguro que te gustará ver todos los detalles críticos que necesitas conocer a la hora de elegir uno de estos componentes electrónicos…
¿Qué es una fuente ATX?
Generalmente se denomina PSU (Power Supply Unit), o fuente de alimentación, o fuente ATX. No es más que un dispositivo compatible con el estándar ATX que es capaz de convertir la corriente alterna de la red a corriente contínua, así como distribuir diferentes voltajes para poder alimentar a todos los elementos de un PC. Es decir, la encargada de alimentar a la placa base y sus componentes, a los sistemas de refrigeración medios de almacenamiento, etc.
A pesar de que puede parecer un componente secundario, lo cierto es que es uno de los principales elementos del equipo, ya que es uno de los que suelen dar más problemas si no se elige el adecuado, y será el que limite la potencia o posibles ampliaciones que le puedas hacer a tu PC. Incluso de él dependerá la estabilidad y vida de otros componentes.
Cómo elegir una fuente ATX
Elegir una buena fuente de alimentación te asegurará una buena eficiencia energética y que tus componentes están protegidos de sobretensiones y picos eléctricos que podrían hacer que funcionen de forma inapropiada otros elementos del sistema e incluso que se lleguen a estropear de forma adelantada.
Potencia
La potencia es algo importante a la hora de elegir una fuente de alimentación. No deberías de quedarte corto, o no podrás alimentar todos los componentes que deseas (incluso pensando en una posible ampliación futura). Pero tampoco deberías elegir una fuente excesivamente potente que no vas a aprovechar, ya que sería desperdiciar el dinero.
Por eso, es muy importante hacer un buen ajuste según el hardware que vayas a elegir. Por lo general, para un PC actual, no debería estar por debajo de los 500W, o más si buscas algo más potente. Las hay de muy diferentes potencias, desde cientos de vatios hasta más de 1KW en algunos casos extraños, siendo más habituales las de 650 o 750W…
Para poder elegir la potencia adecuada, puedes hacer uso de herramientas online que te ayudarán a calcular la potencia necesaria introduciendo tu configuración de PC, como esta calculadora. Como consejo te diría que eligieses 50 o 100W más de lo que te indica pensando en escalar el sistema en el futuro. Además, es mejor una fuente ATX que trabaje de forma más desahogada que una fuente saturada por la alta carga.
Certificaciones y eficiencia
Aunque algunos olvidan este punto, es también importante hacer una buena elección de una fuente ATX que tenga las certificaciones oportunas, tanto las de ahorro energético, como Energy Star, así como otras de seguridad o medio ambiente como las de CE, RoHS, etc.
Además de eso, hay otra etiqueta que determina la eficiencia de la misma forma que los electrodomésticos tienen la etiqueta de eficiencia energética A+, etc. Me estoy refiriendo a las etiquetas:
- Sin etiqueta: no te garantiza una alta eficiencia, podría ser cualquiera. Suelen ser las fuentes ATX baratas o de baja calidad que debes evitar.
- 80 Plus Gold: significa que tiene el 80% de eficiencia energética.
- 80 Plus Bronze: llega al 82% de eficiencia energética.
- 80 Plus Silver: la eficiencia energética alcanzaría el 85%.
- 80 Plus Gold: sube hasta el 87% de eficiencia energética.
- 80 Plus Platinum: obtienen una gran puntuación del 90% de eficiencia energética.
- 80 Plus Titanium: son las mejores en cuanto a eficiencia, con un 92%.
Protección de la fuente ATX
La fuente ATX barata no suele incluir ningún tipo de medida de protección, lo que es un grave error. Algunos, por ahorrar en este componente ponen en peligro al resto del sistema, ya que algunos picos de tensión podrían afectar gravemente a componentes como la placa base, la CPU, GPU, memoria, etc.
Por eso, si quieres evitar todos esos picos eléctricos, fluctuaciones de la línea eléctrica, y demás eventos que pueden dañar o hacer que los componentes funcionen mal, tienes que fijarte que tengan cuantas más protecciones activas y pasivas. Por ejemplo:
- Power Good o PWR_OK: comprueba que la señal de suministro está bien, algo que suelen tener casi todas.
- OCP (Over-Current Protection): es un tipo de protección contra picos altos de corriente o intensidad.
- OVP (Over Voltage Protection): igual que el anterior pero para los picos altos de tensión o sobretensión.
- UVP (Under Voltage Protection): otra protección para las tensiones bajas, es decir, los picos bajos que también son dañinos.
- OPP (Over Power Protection): es una protección contra sobrecargas.
- OTP (Over Temperature Protection): esto protege contra las temperaturas elevadas de esta unidad.
- SCP (Short Circuit Protection): elemento de protección contra cortocircuitos.
- SIP (Surges & Inrush Protection): corriente de interrupción.
- NLO (No-Load Operation): funcionamiento en baja carga.
- BOP (Brown Out Protection): protege contra fallos de voltaje de forma momentánea.
Tipos de PSU
A la hora de elegir una fuente ATX, también es importante que tengas muy presente los tipos que puedes encontrar en el mercado:
- Según su modularidad:
- No modulares: son las más habituales, con los cables soldados a la propia fuente.
- Semi-modular: tienen el conector de la placa base, el ATX, soldado, mientras que el resto son extraíbles (ESP, PCIe, SATA, Molex,…).
- Modular: todos los cables se pueden agregar o quitar de forma independiente. Una forma de dejar espacio despejado en el interior del a torre para que circule mejor el aire de la refrigeración y por cuestiones estéticas, ya que solo tendrás los cables que realmente necesitas, y no todos.
- Form factor: es el formato o factor de forma que se corresponde con el tipo de placa base con el que tiene que ser compatible. Las hay SFX, ITX, miniITX, ATX, microATX, microATX, o las mayores para los equipos más potentes, como las EATX. Esto no deja margen a confusión, ya que tiene que ser compatible con la placa elegida.