Un grupo de investigadores ha conseguido, tras combinar determinados tejidos de un molusco perteneciente a la especie Aplysia californiana con componentes flexibles fabricados mediante técnicas de impresión 3D, crear una especie de robot «biohíbrido« o cíborg capaz de arrastrase como las tortugas marinas cuando caminan por una playa. Por el momento, para moverse, este peculiar robot biohíbrido necesita de una fuente externa aunque, en futuras evoluciones, podrá moverse de forma completamente autónoma.
Para conseguir esto los investigadores a cargo del proyecto necesitarán crear una especie de ganglios nerviosos capaces de producir señales que eléctricas que serán enviadas a los músculos del animal. Por otro lado, se quiere aprovechar los estudios realizados por Victoria Webster, de la Universidad Case Western Reserve de Estados Unidos, referentes a la manipulación del colágeno de la piel del caracol para así poder construir un andamio orgánico.
Estos pequeños cíborg puede ser ideales para tareas peligrosas
Según los responsables de este experimento, al parecer, el fin del mismo está en que enjambres compuestos por esta clase de robot biohíbrido podrán ejecutar tareas tales como localizar el origen de un escape tóxico en un estanque, una tarea que ningún animal hoy día podría cumplir ya que su impulso irreprimible de huir lo hace imposible. Otro ejemplo, según los responsables del proyecto, es que pueden ser idóneos para buscar una caja negra en el fondo de un océano tras un accidente de aviación.
Un punto más que interesante es que, si un gran número de estos peculiares robots son soltados en mitad de la naturaleza, sea en mitad de una sierra, en el mar u océano o en un estanque, no debe preocuparnos el hecho de que posteriormente estos, tras realizar su trabajo, no sean recogidos ya que, gracias a su estructura biohíbrida estos no contaminarán el lugar con sustancias tóxicas cuando se descompongan.