Microbolómetro: qué es, cómo funciona y para qué se utiliza en la actualidad

  • Los microbolómetros detectan radiación infrarroja y crean imágenes térmicas sin refrigeración.
  • Su utilización abarca mantenimiento industrial, seguridad, eficiencia energética y medicina.
  • Son precisos, portátiles, de bajo coste y operan en condiciones adversas.

microbolometro usos

¿Te has preguntado alguna vez cómo es posible ver el calor que emiten los objetos o identificar problemas ocultos en una vivienda o en sistemas eléctricos sin necesidad de abrir paredes o desmontar nada? Los microbolómetros son la clave tecnológica que lo hace posible, siendo los auténticos protagonistas en cámaras térmicas y dispositivos de termografía que hoy en día resultan accesibles a sectores muy diversos, desde la industria hasta la seguridad y la medicina.

En este artículo vamos a sumergirnos a fondo en el mundo del microbolómetro: qué es exactamente, cómo funciona, cuáles son sus ventajas frente a otras tecnologías, en qué aplicaciones es absolutamente imprescindible y por qué ha cambiado la forma de analizar el entorno invisible al ojo humano. Si quieres entender la ciencia detrás de las imágenes térmicas, los secretos técnicos de los sensores infrarrojos y descubrir los múltiples usos que ya están transformando industrias y entornos cotidianos, sigue leyendo porque te lo contamos todo con un tono cercano y sin tecnicismos innecesarios.

¿Qué es un microbolómetro y qué lo hace especial?

sensor microbolometro

Un microbolómetro es un tipo avanzado de sensor térmico utilizado principalmente en cámaras térmicas e infrarrojas. Básicamente, se trata de un detector de radiación infrarroja, normalmente sensible a longitudes de onda entre los 8 y los 14 micrómetros (µm), una franja dentro del espectro electromagnético conocida como infrarrojo térmico. Su principal particularidad es que, a diferencia de otros detectores tradicionales, los microbolómetros no necesitan sistemas de refrigeración, lo que simplifica su funcionamiento, reduce costes y aumenta su portabilidad.

La estructura del microbolómetro consiste en una matriz de píxeles, cada uno de ellos sensible al calor. Cuando la radiación infrarroja de un objeto incide sobre la superficie del sensor, el material absorbente del microbolómetro se calienta tanto como el calor recibido, generando un cambio de resistencia eléctrica. Este cambio es medido y transformado en una señal eléctrica, que posteriormente será procesada para generar una imagen térmica visible en pantalla.

Gracias a su capacidad de trabajar a temperatura ambiente, los microbolómetros han democratizado el uso de la termografía, haciéndola llegar a sectores civiles, industriales, de la construcción y seguridad, más allá de su utilización militar y científica inicial.

¿Cómo funciona un microbolómetro dentro de una cámara térmica?

El corazón de la cámara térmica es precisamente el microbolómetro, pero el proceso completo de captura de imágenes térmicas implica varios pasos clave. Vamos a desglosarlos:

  • Lente especial para infrarrojos: La lente de una cámara térmica debe permitir el paso de la radiación infrarroja. No puede ser de vidrio común ya que este la bloquea. Por eso se usan materiales como germanio, selenuro de zinc, fluoruro de calcio o zafiro, lo que garantiza que la radiación de entre 7 y 14 µm llegue al sensor.
  • El sensor térmico (microbolómetro): La radiación infrarroja atraviesa la lente y llega a la matriz del microbolómetro, formada por miles de píxeles. Cada píxel reacciona de manera independiente: el calor absorbido modifica su resistencia eléctrica y genera una pequeña señal eléctrica proporcional a la temperatura detectada en ese punto en concreto.
  • Procesamiento de la señal: La cámara recoge todas esas señales eléctricas de cada píxel y, mediante algoritmos matemáticos y tablas de colores predefinidas, las convierte en una imagen térmica. De este modo, cada color o intensidad en la imagen representa una temperatura distinta, resultando en imágenes muy claras y fáciles de interpretar.

La gran ventaja de los microbolómetros reside en que pueden funcionar a temperatura ambiente, sin mecanismos de enfriamiento ni partes móviles, lo que los hace ligeros, compactos y duraderos. Esto ha supuesto una auténtica revolución respecto a los antiguos detectores infrarrojos que requerían costosos y delicados sistemas de refrigeración.

Características técnicas clave del microbolómetro

El microbolómetro se basa en unos principios físicos y unas características técnicas que determinan su rendimiento y aplicaciones:

  • Sensibilidad espectral: cubren principalmente el rango de 8 a 14 µm, que es donde se produce la mayor parte de la radiación térmica de los cuerpos terrestres.
  • Matriz de píxeles: suelen estar formados por arrays que van desde 80×80 hasta 640×480 píxeles o más. Cuantos más píxeles, mayor resolución de la imagen térmica.
  • Materiales: los sensores pueden estar hechos de óxidos metálicos, silicio amorfo o materiales especiales como VOx (óxido de vanadio) o Si:IR (silicio dopado con infrarrojo), elegidos por su alta sensibilidad y estabilidad térmica.
  • Tiempo de respuesta: pueden detectar variaciones de temperatura muy pequeñas y rápidas, lo que los hace útiles en aplicaciones dinámicas.

La resolución térmica, la sensibilidad y la exactitud en la medición son características que dependerán tanto del microbolómetro como del procesado electrónico posterior.

Sistemas de imagen térmica basados en microbolómetros: estructura y flujo de trabajo

Una cámara térmica completa no solo integra el microbolómetro, sino también otros componentes fundamentales. Así es cómo trabajan conjuntamente:

  • Lente y óptica especializada: recogen la radiación infrarroja y la enfocan sobre el sensor.
  • Microbolómetro: capta la radiación y la transforma en cambios de resistencia eléctrica.
  • Procesador de señal: convierte esos cambios en señales digitales y los interpreta mediante algoritmos que traducen temperatura en color o escala de grises.
  • Pantalla y sistema de visualización: muestra la imagen resultante, ya sea a través de un visor, una pantalla LCD o incluso en tiempo real a dispositivos externos.

El diseño integral de estos sistemas permite obtener imágenes detalladas de las diferencias de temperatura, lo cual resulta esencial para multitud de aplicaciones técnicas y científicas.

¿Por qué los microbolómetros han sustituido a los viejos detectores refrigerados?

Hasta hace apenas unos años, la tecnología disponible para imágenes térmicas era compleja y costosa debido a la necesidad de refrigerar los sensores infrarrojos con criocoolers u otros dispositivos voluminosos. Los microbolómetros han cambiado radicalmente este panorama gracias a su uso en cámaras no refrigeradas, lo que se traduce en:

  • Menor coste: al prescindir de sistemas de enfriamiento, su fabricación y mantenimiento resulta mucho más asequible.
  • Mayor portabilidad y simplicidad: son pequeños, ligeros y no requieren partes móviles, por lo que resisten bien el uso continuado.
  • Consumo reducido: pueden alimentarse con baterías convencionales y trabajar durante largos periodos sin recalentarse ni perder precisión.
  • Accesibilidad: su popularización ha permitido que la termografía salga del ámbito militar y científico para llegar a la industria, la construcción y la seguridad residencial.

Aunque los sensores refrigerados aún superan a los microbolómetros en sensibilidad extrema y alcance para aplicaciones muy especializadas, hoy en día el 99% de las necesidades industriales y civiles ya quedan cubiertas sobradamente con los sensores microbolométricos.

¿Cuáles son los principales usos y aplicaciones de los microbolómetros?

La versatilidad del microbolómetro es notable: puede utilizarse en numerosos ámbitos. Estas son las aplicaciones más relevantes, recogidas de experiencias en diversos sectores y con resultados que destacan en la red:

Industria y mantenimiento predictivo

Las cámaras térmicas basadas en microbolómetros han revolucionado el mantenimiento industrial. Gracias a su capacidad para detectar puntos calientes en maquinaria, componentes eléctricos, motores y sistemas de distribución, facilitan la identificación de fallos antes de que se conviertan en averías graves, permitiendo localizar:

  • Calentamiento anómalo en cuadros eléctricos y paneles de control.
  • Fricciones en motores y máquinas eléctricas, signos de desgaste o mala lubricación.
  • Desequilibrios o sobrecarga en circuitos eléctricos.
  • Conexiones defectuosas o mal realizadas.
  • Aislamientos deficientes en equipos de climatización o refrigeración.
  • Fugas u obstrucciones en conducciones.
  • Puntos críticos en depósitos y reactores químicos.
  • Prevención de incendios y daños potenciales.

Construcción, eficiencia energética y certificación

En construcción, el microbolómetro es una herramienta clave para evaluar la eficiencia energética de los edificios y detectar problemas que a simple vista serían imposibles de captar. Gracias a él, se pueden:

  • Detectar fugas de calor en paredes, techos y ventanas.
  • Localizar humedades, filtraciones y puentes térmicos.
  • Identificar aislamientos defectuosos o inexistentes.
  • Controlar la distribución térmica en sistemas de calefacción y refrigeración.

El diagnóstico con microbolómetro es rápido, no invasivo y muy visual, facilitando la toma de decisiones y el ahorro energético.

Seguridad, rescate y vigilancia

Las cámaras térmicas equipadas con microbolómetros han transformado los sistemas de seguridad. Ahora resulta posible:

  • Vigilar perímetros, incluso en total oscuridad, gracias a su capacidad para detectar el calor de personas o animales.
  • Visualizar a través de niebla, humo o vegetación ligera.
  • Identificar intrusos, polizones o animales invasores en propiedades o instalaciones.
  • Detección temprana de incendios mediante análisis de cambios de temperatura en tiempo real.
  • Buscar personas en operaciones de rescate en situaciones de emergencia como terremotos o avalanchas.

Estas funciones convierten al microbolómetro en una pieza fundamental de los sistemas modernos de videovigilancia, tanto fijos como móviles.

Medicina, veterinaria y monitorización biológica

En el ámbito médico y veterinario, la termografía infrarroja con microbolómetros se emplea para analizar patrones térmicos en el cuerpo. Entre sus aplicaciones destacan:

  • Detección de lesiones internas mediante variaciones en la circulación o inflamación.
  • Identificación temprana de infecciones o fiebre en humanos y animales.
  • Control del flujo sanguíneo y cicatrización de heridas.
  • Monitorización remota sin contacto en situaciones de epidemias o pandemias.

Este análisis no invasivo permite diagnósticos tempranos y reduce riesgos para el paciente y el personal sanitario.

Aplicaciones generales y emergentes

El uso del microbolómetro continúa ampliándose, abarcando nuevos ámbitos como el control de redes eléctricas, inspección de circuitos electrónicos, monitoreo en infraestructuras críticas y conservación de ecosistemas. La tecnología se adapta a las necesidades del sector y se espera que, a medida que los costes disminuyen, su presencia sea aún mayor en ámbitos domésticos y cotidianos.

El futuro de los microbolómetros apunta a aumentar la resolución, reducir el consumo energético y mejorar la sensibilidad, facilitando su integración en dispositivos cada vez más pequeños y en aplicaciones de inteligencia artificial en tiempo real.

Gracias a los microbolómetros, el mundo ‘invisible’ del calor se ha hecho visible y útil para todos. Estos sensores han dejado de ser una rareza de laboratorios militares o científicos y hoy están al alcance tanto de grandes industrias como de profesionales de la construcción, la seguridad o la medicina, e incluso del usuario común que busca prevenir riesgos, mejorar la eficiencia energética o anticipar averías. Si buscas comprender y aprovechar el potencial de la visión térmica, el microbolómetro es la llave tecnológica que está cambiando nuestra forma de ver la realidad.

mlx90614
Artículo relacionado:
Todo sobre el termómetro infrarrojo MLX90614 con Arduino

Comienza la conversación

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.