Hoy día varias agencias espaciales están viviendo una especie de carrera por ver cuál es la primera capaz de llevar un ser humano a Marte. Antes de que esto ocurra son muchas las tecnologías que han de ser probadas y estudios que deben ser redactados para comprobar que una misión de este tipo verdaderamente puede ser viable. Dentro del proyecto Mars 2020 donde NASA quiere desplegar una nueva misión de exploración nos encontramos con que se está estudiando la posibilidad de incorporar una especie de helicóptero autónomo.
Ahora bien, crear un dron de estas características representa una serie de retos a los que deben enfrentarse ingenieros y científicos por igual ya que, entre otras cosas, la atmósfera del planeta es totalmente diferente, en cuanto a densidad, a la de la Tierra por lo que una aeronave, por ejemplo, de ala fija necesitaría de una enorme envergadura para compensar el vuelo por lo que cualquier contratiempo podría suponer un fracaso estrepitoso en el proyecto debido, entre otras cosas, a que puede resultar literalmente imposible su reparación.
Con todo esto en mente, NASA ha puesto a trabajar a los ingenieros del Jet Propulsion Laboratoy en un proyecto donde se busca crear un dron con forma de helicóptero. Entre las características más interesantes destacar por ejemplo un peso que rondaría el kilogramo, hélices con una envergadura aproximada de un metro de longitud, sistema por el cual sus baterías se deberían cargar mediante energía solar (suficiente par ofrecer una autonomía de vuelo de unos tres minutos)…
El verdadero objetivo de una aeronave de este tipo es el de poder realizar labores de reconocimiento del terreno de forma que se puedan identificar las mejores rutas de desplazamiento para que el vehículo terrestre pueda moverse sin tantas dificultadas. Sin lugar a dudas, vivimos años de descubrimientos tecnológicos que serán recordados en un futuro no muy lejano.