La capital china transformó el Óvalo Nacional de Patinaje de Velocidad en un enorme escenario tecnológico para celebrar los primeros Juegos Mundiales de robots humanoides, un evento que mezcló deporte, ingeniería y espectáculo ante miles de espectadores.
Durante tres días se dieron cita 280 equipos de 16 países, con más de 500 robots inscritos en 487 competiciones repartidas en 26 disciplinas, desde pruebas atléticas y deportes de contacto hasta tareas de clasificación y limpieza orientadas a usos reales.
Calendario, sede y participantes
El torneo se desarrolló del 15 al 17 de agosto en el recinto construido para los JJ. OO. de Invierno de 2022, con una inauguración que incluyó humanoides interpretando ópera tradicional china y otras actuaciones pensadas para el gran público.
La lista de participantes combinó universidades y compañías: 192 equipos académicos y 88 de empresas, con nombres propios como Unitree o Fourier Intelligence, además de delegaciones de países como Estados Unidos, Alemania o Japón.
El Óvalo, con capacidad para unas 12.000 personas, se llenó de familias y aficionados que pagaron entradas de entre 128 y 580 yuanes, una señal de que Pekín concibió estas olimpiadas robóticas como evento de masas y no solo como feria profesional.
Según los organizadores, el objetivo era medir en vivo toma de decisiones, habilidades motoras y control de los robots en escenarios cambiantes, una práctica más exigente que cualquier laboratorio.
Pruebas y momentos para recordar
El programa reunió deportes clásicos como atletismo, fútbol, tenis de mesa, artes marciales y boxeo, junto a retos de servicio como clasificación de fármacos, manipulación de materiales o limpieza hotelera.
Hubo escenas tan cómicas como ilustrativas: caídas, choques y robots atascados en los partidos cinco contra cinco, evidenciando que la autonomía aún tiene margen de mejora pese a los avances en coordinación y equilibrio.
En el 1.500, los humanoides de Unitree destacaron con un registro de 6:29.37, mostrando zancada fluida y gran estabilidad; en los 100 metros lisos, el mejor tiempo quedó en 33.71 segundos, lejos de las marcas humanas pero notable para una tecnología en pleno desarrollo.
Uno de los instantes más comentados llegó cuando un robot impactó con un operario durante una prueba, un susto sin consecuencias graves que recordó que en algunas carreras había control remoto humano y no autonomía total.
Los combates también dejaron titul titulares: en kickboxing y taekwondo se vieron agarres fallidos, desequilibrios y retirada de robots maltrechos por sus entrenadores, señales de que el camino hacia la destreza fina está en pleno trazado.
Un laboratorio a escala real
Para los equipos técnicos, el gran valor de estas olimpiadas fue el de generar datos en condiciones reales, indispensables para entrenar algorítmicas de percepción, planificación y control que después se trasladan a la industria.
Pruebas como el fútbol permiten medir de una tacada visión, colaboración multiagente y toma de decisiones, habilidades transferibles a entornos logísticos, líneas de montaje y servicios.
Las disciplinas funcionales incluyeron clasificación de medicamentos, empaquetado y limpieza, e incluso atención en recepciones, con el fin de evaluar la interacción con humanos y la adaptación a tareas cambiantes.
El público, con abundancia de niños y familias, convirtió el evento en escaparate pedagógico: fallos y aciertos se vivieron como parte del aprendizaje, reforzando esa idea de campo de pruebas gigante.
La gran apuesta de China: inversión, normas y objetivos
El impulso político es inequívoco: Pekín y Shanghái han creado fondos de 10.000 millones de yuanes para robótica, mientras que a nivel estatal se prepara un megafondo de 1 billón de yuanes destinado a IA y humanoides.
La Federación Internacional de Robótica ha subrayado que los humanoides están en el centro de la estrategia del país, y el ‘14th Five-Year Plan’ fija metas de crecimiento, acompañadas por normas nacionales sobre percepción, movimiento y seguridad.
En paralelo, se habla de producir decenas de miles de humanoides en los próximos años y llevarlos a tareas como cuidado de mayores, logística urbana o soporte hospitalario, con la vista puesta en el reto demográfico y la competitividad industrial.
Aunque persisten dudas sobre su llegada al hogar por cuestión de seguridad y coste, consultoras prevén una industria multimillonaria a 2050 y sitúan a China en posición de liderazgo si mantiene el ritmo inversor y de estandarización.
Estas olimpiadas robóticas mostraron dónde está hoy la humanoidez máquina: rápida en la pista, torpe por momentos en el contacto y muy valiosa como banco de pruebas, con China utilizando el escaparate para acelerar la transición de prototipo a aplicación en fábricas, servicios y, con el tiempo, la vida cotidiana.