Además de ver cómo gracias a la impresión 3D se pudo reparar una de las bombas de una central nuclear y, aunque no sea tan importante, lo cierto es que esta novedosa tecnología está permitiendo que piezas históricas como puede ser el único Delange Type-S que queda en el mundo, puedan volver a circular en prefecto estado de restauración.
Si miramos por un momento la historia de este coche nos enteramos de que Delange fue una compañía de automóviles de lujo y coches de carreras que fue fundada allá por 1905 por Louis Delage en Levallois-Perret, una ciudad cercana a París, una localización que, gracias a una gran fama cosechada en el mundo de la competición, le permitió crear y evolucionar coches bastante codiciados en la época.
Gracias a la impresión 3D el único Delange Type-S del mundo puede seguir sumando kilómetros a su odómetro.
Volviendo a la actualidad, nos encontramos con un precioso Delange Type-S propiedad de Stuart Murdoch, un señor australiano que buscaba una solución a un problema poco común ya que necesitaba reparar un motor de 16 válvulas de un coche de 103 años. La solución a todos los problemas de Stuart la tenía Grant Cowie, un ingeniero especializado en motores de preguerra que conocía de todas las posibilidades que podía ofrecer la impresión 3D.
Entre las posibilidades que se barajaron estaba la de fabricar el motor desde cero utilizando las técnicas tradicionales, algo que podía llegar a ser extremadamente caro y llevaría muchísimo tiempo. Debido a esto se decidió apostar por utilizar la tecnología digital para clonarlo. Entre los elementos se tuvo que utilizar poderosos láseres con el fin de poder escanear el motor tanto por dentro como por fuera.
Posteriormente estos datos fueron utilizados para reparar digitalmente el motor dañado. Una vez se dieron todos estos pasos tan sólo quedaba una cosa por hacer, fabricar un molde de arena por impresión 3D el cual sirvió para crear las piezas necesarias en hierro.